domingo, 9 de marzo de 2014

Donación de libros de Instituto Alicantino de Cultura


            Con el Instituto Alicantino de Cultura “Juan Gil Albert” de la Excma. Diputación Provincial de Alicante venimos manteniendo, desde hace tiempo, un fructífero intercambio de publicaciones que, en los últimos años, había languidecido algo. Retomada con fuerza su labor editorial, ahora acabamos de recibir un importante lote de libros de gran interés, como todos los que publican.

            Entre ellos, hay algunos directamente relacionados con Aragón. Entre ellos el epistolario de Joaquín Costa con Rafael Altamira que reúne las numerosas cartas que intercambiaron. Se trata de la reedición del publicado, en 1992,  por el Prof. George J. G. Cheyne, fallecido en 1990. La obra contó en su momento con la ayuda financiera de la Excma. Diputación Provincial de Zaragoza que permitió al ilustre hispanista investigar en Aragón.




            Otro de los libros recibidos lleva por título El episcopado español y el alto clero en la Guerra de la Independencia (1808-1814) y su autor es D. Luis Barbastro Gil, nacido en Zaragoza en 1943.
            En él se analiza el comportamiento de los obispos españoles en los difíciles momentos de aquella contienda. Especialmente interesante es el capítulo dedicado al capuchino Fray Miguel Suárez de Santander, obispo auxiliar de Zaragoza, que se destacó por su sintonía con las autoridades francesas, por lo que tuvo que exiliarse a Francia, tras la evacuación de la ciudad. En él se hace referencia al capuchino Fray Manuel Benedicto (o Bendicho) que había sido vicario del convento de Borja y al que el obispo nombró profesor del Real Seminario de San Carlos, junto con otros religiosos exclaustrados. También se hace alusión al encarcelamiento, en el castillo de la Aljafería, del obispo de Tarazona y de su Vicario General, que fueron puestos en libertad por intercesión de Fray Miguel.
            Otro aspecto abordado es el de la conducta del arzobispo de Zaragoza D. Ramón José de Arce, también señalado afrancesado, que no llegó a ocupar su sede, encomendando su gobierno a su auxiliar.
            Se trata, en suma, de una obra de obligada consulta para todos los interesados en este período histórico que recomendamos vivamente.

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