Adquisición de un documento

 

         El Centro de Estudios Borjanos dispone en su archivo de un fondo de cientos (por no decir miles) de documentos procedentes, en la mayoría de los casos, de donaciones. Pero, no obstante, en ocasiones suele adquirir algunos que salen a la venta en condiciones ventajosas, siempre y cuando tenga interés por diferentes razones.

         Ahora, nuestro Presidente acaba de adquirir una escritura de venta, suscrita en Cintruénigo, de cuatro fincas de Borja que eran propiedad de D. Máximo Ferrández, el otorgante a favor de D. Blas Antonio Echeverría, vecino de Cintruénigo.

         D. Máximo era hermano de D. Atilano Ferrández, que actuó como testigo, el propietario de casa de la plaza del Mercado que pasó a poder de los Navascués y, además, fue regidor perpetuo de la ciudad de Borja y Diputado en Cortes.

         Por su parte D. Máximo era sacerdote y prebendado de la “Insigne Colegial de la ciudad de Borja” y esto es un dato interesante por lo que veremos.

         Las fincas o piezas objeto de la transacción eran, como siempre ocurre en Borja, muy pequeñas. Una, sita en la partida de Madrigal, tenía dos hanegas y media; otra, en Asensio, era de veinte hanegas (diez de riego y las otras de secano); otra, en Marbadón, de tres hanegas; y la cuarta, en la Laguna de Sopez, de cuatro hanegas y ocho almudes.

         Pero, lo que nos ha llamado la atención es que, en la escritura, el otorgante manifiesta que las había adquirido en “venta judicial”, tras la Desamortización. Y nos sorprende porque, hasta el momento, habíamos creído que la Iglesia amenazaba con excomunión a quienes compraran bienes desamortizados, lo que daba lugar a que, en muchos casos, fueron consignados nombre de un falso comprador (un criado del adquiriente) para ser transmitidos después al verdadero interesado que, de esta forma, eludía la excomunión, pues no recaía ya en las sucesivas ventas.

         El que, ahora, veamos que el adquiriente fue un sacerdote nos hace dudar acerca de la veracidad de esa afirmación. Nos gustaría profundizar en esta cuestión que, en modo alguno, es baladí.