viernes, 13 de octubre de 2023

Otras dos obras de José Aranda

 

         Acaban de llegarnos otras dos obras de José Aranda Aznar, el escritor relacionado familiarmente con Fuendejalón, donde nació su madre. Pudiera parecer llamativo a nuestros lectores este interés nuestro por sus libros, pero tiene explicación. Periódicamente, tomamos la relación de autores de nuestra comarca y, comenzando por aquellos cuyo apellido comienza por “A”, efectuamos una búsqueda de aquellas obras que aún no tenemos y están disponibles en Internet.

         En este caso, a la que ya comentamos en días anteriores, ha venido a sumarse otra recopilación de artículos publicados en el periódico Cinco Días, entre 1998 y 2002. Lleva por título Poner cifras a la noticia, y son cien artículos, de poco más de una página, que él mismo recopiló.

         A pesar del tiempo transcurrido, muchos de ellos no han perdido vigencia, sino que por el contrario permanece viva su vigencia y ofrecen valiosísima información sobre las más diversas cuestiones, especialmente las que guardan relación con su trabajo en el Instituto Nacional de Estadística o con temas económicos.

         Por citar un ejemplo, cuando en 2000 escribió alertando sobre el proyectado Plan Hidrológico Nacional, reproducía aquella jota que decía: “Para que Aragón sea rico, se hacen presas y pantanos; ya no irán los segadores a segar a los secanos” y afirmaba que, efectivamente, ya no iban a los secanos, pero no porque se hubieran hecho ricos, sino porque habían abandonado sus tierras.


         La otra obra lleva por título Glinka y ofrece otra faceta de la personalidad de José Aranda, la de autor teatral. No fue su única incursión en ese ámbito pues, cuatro años después escribió Como Cervantes, otra obra teatral que ya teníamos en nuestra biblioteca.

         Glinka se publicó en 2001 y fue estrenada con el apoyo de Instituto Cervantes. Se centra en la figura del compositor ruso Mijail Glinja que estuvo en España, a mediados del siglo XIX, para ofrecer varios conciertos.

         Merece la pena recordar que, encontrándose en Valladolid, conoció a D. Félix Castilla que, además de acreditado comerciante, era un buen guitarrista. Fue él quien le tocó una jota aragonesa que impresionó vivamente al compositor ruso. Nació así su Capricho brillante sobre la jota aragonesa - Obertura española n° 1, que no pudo estrenar aquí, sino que lo hizo en Varsovia, en 1848.

         En estos días en los que la Jota adquiere protagonismo, creemos de interés ofrecer a nuestros lectores esta obra, no demasiado conocida, a través de este enlace, en el que se puede escuchar la obra entera, o de este otro que es una versión reducida coreografiada, interpretada por el ballet “Igor Moiseyev” de Moscú, con ocasión del centenario del nacimiento de ese gran artista que da nombre al ballet.

         Todo ello nos lo ha recordado la obra de José Aranda que va prologada por el dramaturgo Eduardo Galán, seguida por un amplio estudio introductorio sobre el compositor ruso. Además, lleva una dedicatoria del autor a un compañero suyo del INE.




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