Carlos Urzainqui también estuvo en Ambel y nos ha enviado un amplio reportaje sobre lo que allí vio, con fotografías que vienen a complementar las que ya publicamos de Enrique Lacleta.
Desde la mañana a la noche fue captando
la decoración de muchas de las casas de la localidad, reflejando el efecto
cambiante de las mismas en el transcurso del día.
Aunque las calabazas eran el elemento fundamental de la decoración, también se unían a ellas terroríficos elementos propios de otras tradiciones, como muestran estas imágenes.
Por la noche estuvo en la zona de las bodegas,
viendo a los niños gritando, tras ese amplio despliegue de calabazas iluminadas,
al paso de la comitiva que, rezando el Santo Rosario, se dirigía al cementerio.
Fotos interesantes para documentar esta tradición propia de Ambel.
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