viernes, 24 de noviembre de 2023

Sorpresa en torno al Papa Luna

El pasado mes de octubre, el presidente del Gobierno de Aragón D. Javier Lambán visitó al Papa Francisco y, en el transcurso de una cordial entrevista, solicitó del Pontífice la rehabilitación de Benedicto XIII, nacido en Illueca en 1328. Ya la habían pedido con anterioridad los prelados aragoneses.


         Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor (1328-1423) del que este año se conmemora el VI centenario de su fallecimiento en Peñíscola, había nacido en Illueca, y tras estudiar Derecho en la Universidad de Montpellier, donde fue profesor de Derecho Canónico, fue creado cardenal por Gregorio XI, el Papa de Aviñón, al que acompañó durante su retorno a Roma.

         Fallecido el Pontífice en 1378, los cardenales reunidos en cónclave para designar a su sucesor, eligieron en medio de una gran presión por parte del pueblo romano al arzobispo de Bari, Bartolomeo Prignano, que tomó el nombre de Urbano VI. Pero, el carácter del nuevo Papa hizo que, muy pronto, la mayor parte de los cardenales cuestionaran el carácter legítimo de su elección, al verse sometidos a serias coacciones y, en consecuencia, decidieron reunirse en Fondi donde, eligieron a Roberto de Ginebra, que adoptó el nombre de Clemente VII, retornando a Aviñón. Se iniciaba así el llamado Cisma de Occidente con dos Papas, cada uno de los cuales concitó la obediencia de determinados reinos.

         En 1394, al fallecer Clemente VII, fue elegido como sucesor Pedro de Luna, con el nombre de Benedicto XIII, iniciando un dilatado pontificado durante el cual hizo frente a sus numerosos adversarios y a las defecciones de sus partidarios. 


         Hombre de gran integridad y sumamente piadoso, se conocen sus rasgos a través del busto de San Valero que se conserva en la Seo zaragozana, que supuestamente es un retrato suyo.

         No vamos a detallar las circunstancias que rodearon el complejo proceso del cisma, en el que, mientras que Benedicto XIII se mantuvo convencido de ser el auténtico sucesor de San Pedro, en la sede de Roma, se sucedieron varios Papas. Para poner fin a esta anómala situación se convocó un concilio en Pisa, en el que se propuso que el entonces Papa de Roma Gregorio XII y Benedicto XIII, abdicaran conjuntamente, cosa que no hicieron y las cosas empeoraron cuando los cardenales reunidos allí eligieron un nuevo Papa, con el nombre de Alejandro V, de manera que, en lugar de dos, había ya tres Papas.

         Fue el emperador Segismundo quien, para resolver de una vez el cisma, convocó un nuevo concilio en Constanza, en el que fue depuesto Juan XXIII, sucesor de Alejandro V y renunció Gregorio XII, pero nada hizo cambiar la opinión de Benedicto XIII que se mantuvo recluido en el castillo de Peñíscola hasta el fin de sus días. En 1417, el cisma llegó a su fin, con la elección de Martín V.

         Benedicto XIII había sido declarado hereje y cismático por el concilio de Constanza que, asimismo, lo excomulgó, siendo considerado desde entonces antipapa. Por consiguiente, la petición de rehabilitación parece que incluiría el levantamiento de la excomunión pero ir más allá podría implicar serios problemas.

 

         La sorpresa ha surgido, cuando tras la petición del Presidente de Aragón, ese pintoresco personaje que es el cardenal Víctor Manuel Fernández, un argentino de meteórica carrera eclesiástica al que su compatriota ha nombrado Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se ha “descolgado” pidiendo información sobre Benedicto XIII a diversas personas y entidades de Illueca y Peñíscola, mostrándose también interesado por la obra del ilustre sacerdote D. Ovidio Cuella, que publicó el bulario del Papa Luna en varios tomos.

         Esas peticiones han causado perplejidad a los expertos pues parece razonable pensar que todos los datos que se puedan aportar desde España, tienen que obrar en los archivos vaticanos y muchos más. Cabe pensar que el nuevo prefecto no ha tenido tiempo de consultarlos.

         Pero lo que se espera con auténtica expectación es el alcance de la rehabilitación. Que Benedicto XIII era un santo varón es algo que no ofrece duda, pero si, como él consideraba, fue un papa legítimo, ¿Cómo va a restablecerse la continuidad apostólica?

         Tras su muerte, fue elegido un sucesor, nacido en Teruel, que eligió el nombre de Clemente VIII, aunque renunció poco después. Pero existe una leyenda que afirma que su sucesión no se extinguió, llegando hasta nuestros días en la persona de un supuesto Benedicto XL, que más bien parece un personaje de ficción, creado por novelistas amante de lo esotérico.

         Retirar la excomunión es algo sencillo. Ya se hizo con Lutero, pero el que hasta ese momento había sido considerado un heresiarca, no era Papa. En el caso de Benedicto XIII, los problemas pueden ser mayores, salvo que su rehabilitación sea parcial. Veremos lo que decide el cardenal Fernández que es quien, en definitiva, tiene la última palabra en la etapa final de este pontificado que será recordado durante mucho tiempo.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario