miércoles, 15 de noviembre de 2023

Romería campestre en un pazo

 

         Entre los actos programados por la organización del Congreso de Santiago de Compostela, uno de los más agradables fue la romería campestre organizada en la Casa Grande de Andeade. Previsto inicialmente en una carballeda (robredal), la humedad del ambiente obligó a trasladarla al interior del pazo.




        Situado en el concello de Touro, a 24 kilómetros de Santiago, en un precioso enclave natural, nada más acceder al interior de su recinto llama la atención el gran hórreo compartimentado en el que se conservaban las diferentes producciones agrícolas que se cosechaban en sus tierras.

 



         Junto a otras dependencias, a la izquierda del edificio principal se encuentra la capilla, con la imagen de la Virgen de la Piedad en la calle central del retablo y la de San Francisco sobre ella. En el techo están pintadas las armas de quien mandó edificarla: D. Pedro Alcántara Verea Aguiar y Mosquera, un destacado militar del siglo XVIII.

 


         El interior del edificio principal y el cuerpo anexo han sido acondicionados como alojamiento rural y también permite la celebración de eventos como el nuestro, tanto en esas zonas, como en la amplia nave contigua.

 


         Allí fue donde nos sirvieron una espléndida comida, cuyo primer plato fue un caldo gallego en escudillas que luego nos entregaron como recuerdo del congreso.

 


         Llegaron después las sucesivas raciones del pulpo preparado allí mismo, como solo saben hacerlo esas pulpeiras. Quienes no hayan tenido la ocasión de probarlo en esas fiestas y romerías, no sabe lo que es un pulpo a la gallega, con su textura y sabor radicalmente diferentes a los que nos ofrecen en otros lugares.

         Parecía que los pulpos se multiplicaban en el interior de la gran sopera, a pesar de lo cual, aún nos ofrecieron un guiso típico del otoño, consistente en un guisado de carne, chorizo y cachelos, rematando todo con un amplio surtido de dulces.

 


         La música que nos acompañó durante esta larga comida y el rito de la queimada que fue el más bonito colofón de la misma, contribuyeron a crear un clima especial como sólo puede darse en Galicia.

 





         Todo un éxito para María Luisa que, con su esposo y otras distinguidas gallegas, nos acompañó en este memorable acto, en el que la Presidenta de Hispania Nostra y la Secretaria General de Europa Nostra compartieron mesa y llegaron a bailar (con nuestro Presidente), al finalizar el mismo. ¡Qué lástima que no hubiera cámaras preparadas para captar ese increíble momento!



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