Hace unos días, el musicólogo Toni Pons se puso en contacto con nuestro Centro y con el párroco D. José María Sánchez Becerril para intentar localizar a una actriz y cantante del siglo XVIII, llamada Tomasa Manje, a la que suponía nacida en nuestra ciudad, hacia 1685, de la que no teníamos la menor noticia.
Fue el Dr. D. Alberto Aguilera Hernández quien, inmediatamente, encontró el registro de su bautismo, en el tomo IV de los Quinque libri de la parroquia de Santa María. En él quedó constancia de que, el 6 de mayo de 1689, fue bautizada una niña, hija de José Monje y de Mariana Soriano, ambos vecinos de Borja, a la que impusieron los nombres de Francisca Tomasa. Quedaba acreditada así la fecha de su nacimiento y el hecho de que sus padres fueran de Borja, dado que se había especulado con la posibilidad de que fueran actores de paso por la ciudad.
Lo que ignoramos son las razones por
las que Tomasa decidió emprender la carrera de actriz, una profesión que no
gozaba de demasiado reconocimiento social, aunque algunas de ellas llegaran a
alcanzar gran popularidad.
Era muy joven cuando entró a formar
parte de la compañía de José de la Rosa que actuaba en Tudela hacia 1703. En
ella figuraba con la categoría de “Quinta Dama” y, si ya se había incorporado a
ella nuestra paisana, tenía solamente 14 años.
Todo ello, nos ha hecho acercarnos a la
realidad del teatro español, a partir del Siglo de Oro, en el surgieron
numerosas agrupaciones de actores que, según sus características, el número de
sus integrantes y el tipo de representación, adoptaban nombres como bululú,
ñaque, gangarilla, cambaleo, garnacha, bojiganga o farándula. En la cima de este
amplio repertorio, se encontraban las compañías propiamente dichas, al frente
de las cuales, había un “autor” que era el empresario y director.
Esas compañías la integraban una serie
de actores y actrices, a veces más de 20, con categorías bien definidas: “Damas”,
de las que había primera, segunda, tercera, cuarta y quinta; “Galanes”, unos
tres; “Graciosos”, dos; “Barbas”, otros dos; un viejo cómico, uno o dos músicos
(pues también interpretaban números musicales), y algún personal auxiliar como
el apuntador el cobrador de las entradas.
Las compañías actuaban en los Corrales
de Comedias que solían depender de instituciones benéficas. En Tudela, el
promotor fue su Hospital de Ntra. Sra. de Gracia, primero en su propio patio y,
más tarde, en un espacio construido al efecto.
En Borja, también lo hubo, con el
nombre de “Casa de Comedias”. Fue inaugurado en la calle Mayor, en el lugar que
luego fue “Ideal Cinema” y, ahora, Hogar del Jubilado. Los beneficios que
deparaba eran para el Hospital Sancti Spiritus.
De la misma compañía a la que
pertenecía Tomasa era Eusebio Vela (1688-1737), hijo de otro actor Juan Vela
(conocido como Manuel Labaña) y de Ángela García. Juan era natural de
Paracuellos de la Ribera, aunque se crio en Tudela, donde comenzó a trabajar
como actor, al igual que su hijo, con el que Tomasa contrajo matrimonio, siendo
ambos muy jóvenes. Con la compañía viajaron por diversas ciudades, como
Zaragoza y Nájera, Pamplona y Burgos, entre otras.
El caso es que, hacia 1712, cuando su
esposa tenía 23 años, marchó a México, en compañía de un hermano y el cómico
Manuel de Rojas. Allí fundó una compañía con la que ganó muchísimo dinero.
Llegó a arrendar la Casa de Comedias de la capital y alcanzó también gran éxito
como autor teatral, hasta el punto de ser considerado la figura más destacada
del teatro mexicano en la primera mitad del siglo XVIII.
En 1723 se casó en segundas nupcias con
Mariana Tecla de Escoto y Estensoro, que continuó con la empresa teatral
después de la muerte de su marido, ocurrida en Veracruz (México) el 19 de abril
de 1737.
Con el título Andanzas y picardías
de Eusebio Vela, hay una obra de Armando de María y Campos, que hemos
adquirido para conocer más datos de su biografía y que estamos a la espera de
recibir.
Mientras el triunfaba en México, su
abandonada esposa continuó actuando, siempre como “Quinta Dama” en las
compañías de José Garcés y Juan Álvarez. La última obra en la que hemos podido
documentar su participación fue en la zarzuela El estrago en la fineza o Júpiter
y Semele, del compositor Antonio Literes (1673-1747), que fue puesta en escena
en Madrid, hacía 1714.
Ya retirada, Tomasa Manje falleció en
la capital de España el 20 de marzo de 1717, cuando aún no había cumplido los
28 años.
Gracias a Toni Pons, hemos podido
conocer la existencia de esta actriz borjana de fugaz existencia, recabando los
datos de su biografía que ofrecemos hoy.
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