La
última de las campanas de este segundo cuerpo de la torre del pórtico de la
colegiata de Santa María está situada frente a la Santa María.
Se
encuentra en el lado que da a la otra torre, la llamada “torre del reloj” y
mira, por lo tanto, hacia el claustro.
En
realidad, la que se ha colocado en la torre, tras la restauración de 2009, es
una reproducción de la original que, en la actualidad, se exhibe en el Museo de
la Colegiata.
Era
una campana de tipo esquilón de 60 cm de diámetro con un alzado de vaso de 52
cm y un peso de 130 kilos. El badajo era de 45,5 cm y la sujeción se realizaba
mediante un postizo de hierro, ya que el asa original se había roto.
En
el vaso aparece la cruz en calvario habitual en todas estas campanas y la
decoración que se aprecia en la fotografía.
En la parte superior figura la
inscripción “SAN SEBASTIAN ORA PRO NOBIS”, “San Sebastián ruega por nosotros”.
Al otro lado de la cruz puede verse
esta inscripción “BALLESTEROS ME HIZO. AÑO 1871”. Estamos, por lo tanto, ante
otra campana fundida por algún miembro de esta saga de campaneros cántabros,
como ya señalamos en el caso de la Santa
Bárbara, aunque esta última fue fundida veinte años después.
La campana colocada en la torre es,
como dijimos, una reproducción efectuada por la Casa Quintana que reune las
mismas características que la original, aunque bajo el distintivo del primitivo
fundidor, se ha colocado el de dicha casa “QUINTANA ME FECIT” y “AÑO 2009” que
es cuando se realizó la copia.
También hemos advertido que, bajo la cruz, aparece el
número 3822 que puede corresponder al de serie de los trabajos de Quintana.
Como indicamos, en el caso de la Espinayera, la San Sebastián
reemplazaba en los toques a la Santa
María durante el periodo cuaresmal.
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