lunes, 28 de agosto de 2023

Importante acto cultural en Alberite de San Juan

 

         El pasado sábado tuvimos la oportunidad de asistir a otro importante acto cultural que tuvo lugar en el Espacio Huecha de Alberite de San Juan. En esta ocasión se trataba de una tertulia literaria, protagonizada por dos jóvenes poetas: Aitana Monzón y Omar Fonollosa, junto con el crítico Manuel Forega y la poeta Marta Domínguez, Directora del Espacio.



         Si la semana pasada fue el intenso calor el que obligó a trasladar el concierto, previsto en el jardín, al interior del edificio, el sábado fue la amenaza de lluvia la que llevó la tertulia a una de las salas de exposiciones del Espacio, en la que Marta Domínguez presentó a los intervinientes que, seguidamente, nos depararon momentos de inolvidable belleza al manifestarnos sus opiniones y sentimientos en torno a lo que, para ellos, es la Poesía, teniendo como contrapunto la palabra precisa de una persona de ideas tan claras como Manuel Forega que supo transmitirnos la importancia de dos poetas que, a pesar de su juventud, se han convertido ya en un hermoso exponente de nuestra Literatura.

 

         Aitana nació en Tudela en 2000 y cuenta con una sólida formación académica, ya que es Graduada en Estudios Ingleses por la Universidad de Zaragoza y en Literatura Comparada y Poesía Contemporánea por la Universidad de Kent. Además, ha cursado el Máster en Literaturas Hispánicas en la Universidad Autónoma de Madrid y el Máster de Educación en la UNED.

         Su vocación literaria es un caso de extraordinaria precocidad y ya con diez años ganó el Primer Premio de Narración del concurso PIKI con un relato titulado “Mi caballo Miel”. A los doce años se decanta por la Poesía y, desde entonces, su trayectoria ha estado jalonada por numerosos reconocimientos. Entre ellos destacamos el premio en el XXXIII Certamen de Poesía Gabriel y Galán (2018) con Cornualles 1795 y ese mismo año triunfa en el XXX Certamen Blas Infante (2018) con Gloriphycándote. Semifinalista en el II Premio Nacional de Poesía Viva #LdeLírica. En 2021, obtuvo el IV Premio “Espasa es Poesía” con La civilización no era esto.


         Omar Fonollosa es de San Mateo de Gállego y tiene 22 años. Ha estudiado Filología Hispánica en la Universidad de Zaragoza y su labor como poeta ha merecido un prestigioso reconocimiento, como lo constituye el Premio Hiperión de Poesía, con el que fue galardonado el pasado año por su obra Los niños no ven féretros. Con 19 años ya había publicado su primer poemario: Desde la más estricta soledad.

         Es también otro caso de precocidad pues, como ha declarado, su vocación surgió a los diez años escuchando la canción “Ruido” de Joaquín Sabina. Entre el músico y el poeta existe una relación de admiración mutua y es curioso que en su TFG abordara “La influencia del tango en Joaquín Sabina”.

 

Manuel Martínez-Forega (Molina de Aragón, Guadalajara, 1952) es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza, ciudad en la que reside desde 1958. Además de poeta, ensayista y traductor, con una amplia producción literaria, destaca por su labor como crítico que ejerce con profundo conocimiento. Sus palabras en Alberite no solo ofrecieron una acertada visión de la importancia de los dos poetas presentes, sino que transmitieron su pasión por la necesidad de impulsar algo tan importante como el conocimiento de la Gramática o de la Ortografía, olvidadas en los actuales programas educativos.

 




         Aitana y Omar emocionaron a los presentes con la lectura de algunos de sus poemas y al final firmaron las carpetas que Miguel Ángel Domínguez había preparado.

 

En el verano de 1608, el IX vizconde de Évol y conde de Guimerá, D. Gaspar Galcerán Castro de Aragón y Pinós, convirtió su palacio de Fréscano en un activo centro cultural, creando una academia literaria con el llamativo nombre de “Pítima contra la ociosidad”, nombre derivado de un remedio tópico al que se atribuía la virtud de producir alegría en los melancólicos.

 

         De aquel magnífico palacio apenas queda otra cosa que su carcasa externa, pues cayó víctima de la barbarie, pero el recuerdo de aquella academia surgida en el verano de 1608 permanece, junto con el de Isabel Inés de Eril, condesa de Guimerá, su principal impulsora, junto con su marido.

         El Espacio Huecha se ha convertido en nuestros días en otra pítima contra la melancolía que nos invade y Marta, al frente de él, es la imagen viva de la condesa de Guimerá. 



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