Enrique Lacleta estuvo en Ambel para documentar fotográficamente esa tradición de la que hemos hablado en varias ocasiones, que se lleva a cabo en la noche de difuntos, en el transcurso de la procesión que, rezando el Santo Rosario, parte de la ermita del Rosario, precedida por la Cruz parroquial.
Unas cincuenta personas, portando farolillos,
acompañaban al párroco D. Francisco Sánchez Sánchez, en su recorrido hasta el
cementerio, atravesando las calles de la localidad, que permanecían a oscuras.
Al pasar por el camino de las bodegas, numerosas calabazas encendidas ofrecían un aspecto realmente llamativo y, apostados tras ellas, los niños ululaban al paso de la comitiva.
Una vez en el camposanto, finalizó el
rezo del Rosario ante su capilla, antes de regresar a la plaza de San Miguel
donde tuvo lugar el concurso de calabazas, al que hacemos referencia en otro
artículo.
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