El 30 de agosto de 1708, por Real Cédula de Felipe V se concedieron a la colegiata de Santa María de Borja 500 ducados, procedentes de bienes confiscados, “en resarcimiento de mayores daños sufridos durante el saqueo” que sufrió la ciudad durante el asalto de las tropas austracistas en 1706.
En el memorial que el
cabildo elevó solicitando una ayuda se hacía constar que la colegiata había
quedado sin ornamentos ni jocalias, así como que habían sido asesinados algunos
de sus miembros.
Que el templo tuvo daños
no ofrece la menor duda, y los impactos de proyectiles en sus torres
constituyen una prueba de ello. Lo que nunca hemos podido esclarecer es el
alcance del saqueo, ni tampoco hemos encontrado datos fehacientes de que
murieran sacerdotes. En la revisión que efectuamos en los registros
parroquiales, con ocasión del III centenario de ese hecho de armas, pudimos
documentar algunos fallecidos, pero ninguno de ellos sacerdote. Lo que ocurre
es que, recientemente, en un estudio realizado sobre la Guerra de Sucesión en
la comarca hemos podido comprobar que los muertos fueron en número superior a
los que aparecían en los Cinco Libros, por lo que sigue siendo una cuestión
abierta a nuevas investigaciones.
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