En
el archivo del Centro se conservan dos piezas circulares de aluminio, de 2
centímetros de diámetro que parecen pequeñas monedas. Según la información
facilitada por D. Isidro Aguilera Aragón, responsable de la Sección
Arqueológica, se trata en realidad de unas fichas que se distribuían entre los
niños que asistían al Catecismo en las parroquias. En
el anverso aparece la imagen del Sagrado Corazón con la leyenda “Dejar que los
niños vengan a mí”.
En
el reverso de las que conservamos aparece “Catecismo Parroquial. IHS” rodeando
a la cifra “1”. Eran entregadas a los niños que por su comportamiento o por sus
acertadas respuestas, se hacían merecedores de esta pequeña distinción. Al
final del curso, los puntos acumulados eran canjeados por regalos. Aunque las
dos de Borja son de un punto, las hubo valor de 5, 10 y 20 puntos, siendo su
uso habitual en diferentes diócesis durante la primera mitad del siglo XX,
aunque no tenemos datos del lugar de fabricación del modelo comentado que no
fue el único.
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