Durante
las obras que está realizando el M. I. Ayuntamiento de Borja para la renovación
del alcantarillado y pavimentación de la calle de Belén, ha aparecido el
antiguo “caño” que discurría por ese lugar. Su existencia ya se conocía pues,
durante el reconocimiento efectuado, en 1970, se llegó al punto en el que
desembocaba, en la plaza del Olmo, precisamente en el punto donde hoy se
encuentra la pastelería Jeymar, de manera que los cimientos de ese edificio
invaden, casi totalmente, el caño.
Estas
conducciones que recorren el subsuelo de la mayor parte de las calles del casco
antiguo fueron concebidas para la recogida de aguas pluviales y el drenaje de
escorrentías, por lo que no eran alcantarillas. En la mayor parte de los casos
tienen unas dimensiones considerables, siendo posible circular por ellas
perfectamente. No es el caso del caño de la calle Belén, de mucho menor tamaño
y de características constructivas diferentes.
De
hecho, cuando apareció ahora, nos planteamos la hipótesis de que fuera una obra
anterior. Sin embargo, el informe del arqueólogo que supervisa los trabajos,
como es preceptivo en Borja, así como la opinión del responsable de la Sección
de Arqueología de nuestro Centro son concluyentes, datándolo en una fecha
indeterminada entre el siglo XV y el XIX. Incluso de sugirió la posibilidad de
que hubiera sido utilizado como acequia o para introducir agua en la red,
contribuyendo a limpiarla. Hay que
recordar que estos caños tenían rejas en la superficie de las calles para
recoger el agua de lluvia y eran frecuentes las quejas de los vecinos por sus
malos olores, razón por la cual terminaron siendo abandonados.
En
cualquier caso, estamos ante una obra interesante de la que hemos querido dejar
constancia con estas fotografías realizadas por Enrique Lacleta.
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