Tras
los dos artículos anteriores en los que dimos a conocer las piedras armeras
existentes en esa localidad, hoy queremos referirnos a las representaciones
heráldicas existentes en su iglesia parroquial de San Miguel que, aunque no
pueden ser incluidas en esa categoría, por tratarse de labores en yeso o
decoraciones pictóricas, merece la pena dejar constancia de ellas.
La
reciente recuperación de la primitiva pintura del templo, en uno de sus tramos
por el momento, ha revelado la existencia en el arranque de los nervios de sus
bóvedas de una serie de pequeños escudos en los que, entre otras, se encuentran
representadas las armas de la Orden de San Juan de Jerusalén.
Se
conocía su existencia ya que, tras el altar mayor, se había mantenido la
primitiva decoración, al no haber sido objeto de repintes posteriores. Sin
embargo, cuando se complete la rehabilitación, merecerá la pena realizar un
estudio más detallado de todo el conjunto.
Bajo
ellas se encuentran estos escudos labrados en yeso con las armas de distintos
comendadores (todas ellas tienen la cruz recta en jefe) no identificados, salvo
las dos últimas fotografías que corresponden a las de la Orden y al comendador D.
Martín de Lavata que están situadas en el tornavoz del púlpito.
Lamentablemente, no disponemos por el momento de fotografías de mayor calidad.
También,
en otros lugares de la iglesia, encontramos estas dos representaciones. La
primera corresponde a las armas de la Orden y la segunda a las de un Gran
Maestre no identificado que, desde luego, es anterior al siglo XVI por lo que
posiblemente coincidiría con el momento de la construcción de la primitiva
fábrica del templo.
Especialmente
interesante es la decoración de la portada de acceso a la capilla funeraria de
los Monserrat, cuyas armas aparecen en ella.
El
constructor de la misma, D. Pedro de Monserrat, también mandó situarlas en las
basas de la columnas que flanquean el retablo de dicha capilla, presidido por
una bellísima imagen de Cristo Crucificado con la Virgen y San Juan a sus
lados.
En
el magnífico frontal del altar de dicho retablo se encuentran las armas de la
Orden con dos ángeles como tenentes.
Junto
a la capilla anterior se encuentra la de María Magdalena que fue mandada
construir por el comendador D. Martín de Lavata. El hecho de que la decoración
de su embocadura sea de características muy similares a la de los Monserrat (de
fecha posterior), sugiere la posibilidad de que fuera realizada al mismo
tiempo, colocando las armas de Lavata, por deseo expreso de D. Pedro de
Monserrat que lo había conocido y a quien profesaba especial afecto.
Finalmente,
queremos dejar constancia de estas dos representaciones pictóricas. La primera
corresponde a las armas de los Giles y está situada en uno de los retablos de
la iglesia parroquial, pendiente de restauración, que puede ser datado por el
año que aparece bajo el escudo: 1644. La otra se encuentra en la ermita de la
Virgen del Rosario, como remate del retablo dedicado al fundador de la Orden de
la Merced de la que llegó a ser General fray Francisco Salvador Gilaberte,
nacido en Ambel el 4 de octubre de 1672.
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