martes, 14 de marzo de 2017

Efemérides del 14 de marzo


El 14 de marzo de 1604, falleció en Barbastro el tercer obispo de esa sede D. Carlos Muñoz Serrano que era hijo de la joven borjana Damiana Martínez, la cual fue seducida por un sacerdote turiasonense, llamado D. Juan Muñoz de cuya relación nació, en 1533, un niño al que pusieron el nombre de Carlos. El padre no era un eclesiástico de segundo rango, ya que pertenecía a una ilustre familia de Tarazona y había sido encargado por el papa Adriano VI de varias comisiones delicadas ante el emperador Carlos V, siendo nombrado posteriormente arcediano de la catedral. En contra del proceder de otros sacerdotes que, entonces y posteriormente, tuvieron que enfrentarse a situaciones semejantes, no abandonó al niño y decidió asumir personalmente su educación. Cuando cumplió los ocho años le hizo recibir la tonsura que, en aquellos momentos, representaba el primer paso dentro de la carrera clerical, quedando sometido al fueron eclesiástico. A los 14 años lo mandó a la Universidad de Salamanca, la más prestigiosa de la época, para que cursara estudios de Derecho y, posteriormente, pasó a la de Huesca, donde se graduó como Doctor en Derecho Civil y Canónico, en 1558. Tres años después, fue ordenado subdiácono por el arzobispo de Zaragoza, D. Hernando de Aragón, el cual le concedió las licencias oportunas para que el joven Carlos pudiera ser ordenado sacerdote, algo que le estaba vedado por el hecho de ser hijo ilegítimo.




           En aquellos momentos ya era considerado un brillante jurista, lo que permitió desempeñar la cátedra de ambos Derechos en la Universidad de Huesca, de la que llegó a ser Rector. Pero, su carrera académica quedó interrumpida cuando, en 1565, decidió optar a la plaza de Canónigo Doctoral de la catedral de Tarazona, la cual logró al quedar en primer lugar en las oposiciones convocadas al efecto. El cargo de Canónigo Doctoral era uno de los más importantes dentro de los cabildos catedralicios y a él sólo podían optar personas expertas, ya que eran los encargados de asumir la defensa de los derechos capitulares en los procesos entablados. Poco después fue nombrado Vicario General del arcedianado de Calatayud y también le fueron encomendados otros importantes cometidos dentro de la diócesis.



         Cuando Felipe II decidió restablecer el obispado de Barbastro, fue nombrado miembro de la comisión encargada de esa cuestión, logrando con su informe vencer las reticencias del Papa San Pío V que accedió a la petición del monarca el 18 de junio de 1571. Poco antes, D. Carlos Muñoz había sido ordenado presbítero y, en recompensa por el éxito de su gestión, el rey lo nombró Regente en el Consejo Supremo de Aragón.

Finalmente, en 1595 fue presentado por el rey para el obispado de Barbastro, siendo consagrado el 24 de octubre de 1596. Durante su pontificado, destacó por su piedad y por su munificencia. Realizó numerosas obras en su catedral, entre ellas la terminación del retablo mayor y la sacristía.  Reformó la Universidad de Huesca y visitó numerosas localidades de su diócesis, a pesar de las enfermedades que le aquejaron durante sus últimos años que le obligaban a desplazarse en una silla de manos. En su labor pastoral contó con el apoyo del borjano D. Juan Carlos Alberite al que legó su espléndida biblioteca de más de 480 volúmenes de Derecho y, en su testamento también aparece una manda de 50 libras para el Hospital Sancti Spiritus de Borja. Sus restos recibieron sepultura en su catedral, donde el cabildo mandó poner una lápida en la que se leía: “Éste es el que erigió esta iglesia en catedral”, justo reconocimiento a un gran prelado en cuya formación resultó decisiva la labor de su padre, redimido de esta forma del pecado cometido con su madre, del que siempre se arrepintió.



         El 14 de marzo de 1665 volvió a tomar posesión como Maestro de Capilla de la colegiata de Santa María de Borja D. Luis de Bonafonte, natural de Alfaro. Era la segunda vez que desempeñaba ese puesto, al que había renunciado en 1663, tras los frecuentes desencuentros con el cabildo,  siendo sustituido por Bartolomé Longás. Sin embargo, al quedar vacante la plaza, volvió a solicitarla, iniciando una segunda etapa en la que sus relaciones con el cabildo fueron mucho más cordiales, desempeñando ese cometido hasta 1678.



         El 14 de marzo de 1878 llegaron a Mallén cuatro religiosas de la congregación de Hermanas Mercedarias de la Caridad, para hacerse cargo del hospital. Más tarde tuvieron un colegio y, a partir de 1980, dirigieron la residencia de ancianos “San Sebastián”, hasta que abandonaron definitivamente la localidad.



Se da la circunstancia de que vinieron a Mallén acompañadas por su fundador D. Juan Nepomuceno Zegrí y Moreno (1831-1905), natural de Granada, que fue beatificado por San Juan Pablo III el 9 de noviembre de 2003. El beato Juan Nepomuceno Zegrí predicó en la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de los Ángeles, en el transcurso de la Solemne Misa celebrada aquel 14 de marzo, siendo el tema de su homilía la virtud de la Caridad, inspiradora del trabajo apostólicos de las religiosas mercedarias.


El 14 de marzo de 1946 nació en Borja D. Inocencio Carbonell Escudero (conocido como Pepe Carbonell). Era hijo del gran patriarca gitano D. Inocencio Carbonell Jiménez (conocido como Antonio). Fue un depurado intérprete del flamenco, participando en diversos festivales organizados en el Teatro Cervantes, entre ellos los que tuvieron lugar a beneficio de la Asamblea Comarcal de Cruz Roja. Falleció el 25 de mayo de 1987, a una edad muy temprana, dejando un imborrable recuerdo en nuestra ciudad. 

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