jueves, 5 de octubre de 2023

Viaje a Peñíscola

 

         Poco antes de que saliéramos para Venecia, Enrique Lacleta regresó de su viaje a Peñíscola, trayéndonos un buen número de fotos de esa bellísima localidad e información sobre el Museo de la Magia que allí existe, al que dedicaremos un artículo, pues merece la pena de ser conocido.



         Muchos de nuestros recuerdos están asociados a esa localidad levantina, tan fotogénica de día y de noche o cuando la tormenta se abate sobre el caserío apiñado en torno a la mole de ese castillo que fue el refugio seguro del gran Papa Luna, cuya figura se quiere reivindicar ahora.

 

         Peñíscola fue una fortaleza templaria, prácticamente inexpugnable dado que se encontraba sobre un peñón o islote que estaba aislado de la tierra firme. En la actualidad conservan buena parte de sus defensas y, como puede apreciarse en esta vista aérea, sólo un pequeño núcleo de casas fue levantado bajo el castillo. Su espectacular aspecto lo convirtió en lugar de rodaje de aquella inolvidable película de “El Cid”, en la que las nuevas casas fueron ocultadas por unas falsas murallas. Más recientemente, también ha aparecido en varios episodios de la serie “Juego de Tronos”.

 


         Pero, el castillo está unido indisolublemente a la figura de Benedicto XIII, el aragonés Pedro de Luna, nacido en Illueca, uno de los principales protagonistas del Cisma de Occidente, cuando llegaron a coexistir tres Papas, todos ellos considerados legítimos por sus partidarios.

         Declarado hereje y Antipapa por el concilio de Costanza, Benedicto XIII se refugió en Peñíscola y allí vivió hasta los 94 años, firme en su convicción de ser el auténtico Pontífice.

         Un caso sorprendente de supervivencia para esa época, teniendo en cuenta de que intentaron envenenarlo varias veces, una de ellas con una combinación de arsénico y azufre, facilitada por un cardenal, de la que logró recuperarse gracias a los buenos oficios de un médico judío que tenía a su servicio.

 






         El castillo es una gran obra de arquitectura militar, construida sobre una antigua alcazaba musulmana, a finales del siglo XIII. Se conserva en muy buen estado, destacando sus bóvedas apuntadas y, en algunas de las estancias, se muestras reproducciones de piezas relacionadas con el Papa Luna que, como es sabido, fue enterrado en el palacio de Illueca, donde había nacido y donde sus restos fueron profanados, conservándose únicamente su cráneo, objeto de un largo contencioso, en el que no ha faltado hasta un robo.



         El castillo es también una plataforma abierta hacia la mar. “El Papa del mar” es el título de una novela dedicada al Papa Luna, cuyos ojos contemplaron ese vasto horizonte que se perdía casi hasta el infinito en su larga reclusión.

 

         El 23 de noviembre de 2007 fue inaugurada esta escultura de bronce, instalada a la sombra de la fortaleza, cuyo autor es Sergio Blanco Rivas (1948-2015), al que muchos recordarán por su faceta de cantante, en el grupo Mocedades o formando dúo con Estíbaliz, pero que también fue un excelente escultor.



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