martes, 7 de mayo de 2024

Recordando a un obispo que nació en Ainzón y se sentía borjano



El 7 de mayo de 1672 tomó posesión de su plaza como Canónigo de la colegiata de Santa María de Borja D. Francisco Antonio Sallent Trasobares. Era hijo del Dr. Sallent, médico, y de Dª Catalina Trasobares, hija de otro médico borjano D. Felipe de Trasobares.

Aunque siempre se consideró borjano, porque aquí llegó a los pocos días de nacer, el Dr. D. Alberto Aguilera Hernández, pudo encontrar, en los cinco libros de la parroquia de Ainzón, el registro de su bautismo que tuvo lugar en la iglesia de Ntra. Sra. de Piedad de esa localidad el 13 de agosto de 1653. Le administró el Sacramento mosén Miguel Sangüesa, imponiéndole los nombres de Francisco, Antonio, Tiburcio, con lo que definitivamente quedan aclarados dos interrogantes, el de la fecha de su nacimiento y el del lugar del mismo.

La razón de su nacimiento en Ainzón fue porque allí ejercía, en esos momentos, su padre. Por el contrario, en Borja nacieron sus hermanas Isabel, Mariana, Antonia y María Teresa, que profesaron en el convento de Santa Clara, destacando como poetisa sor Mariana y a las que nos hemos referido en varias ocasiones.

Francisco se graduó como Doctor en Leyes en la universidad de Zaragoza el 26 de diciembre de 1674, cuando ya había sido ordenado sacerdote. Al incorporarse al cabildo de la colegiata se hizo cargo de la Capellanía Real del Castillo. Se trataba de una plaza que tenía su origen en la antigua capilla del castillo de Borja, de donde pasó a la colegiata, aunque manteniendo su carácter de provisión real.


 

         Durante su permanencia en Borja desempeñó los cargos de Comisario de la Santa Cruzada y Examinador Sinodal del obispado de Tarazona. En 1703 fue nombrado Vicario General y Judicial del arzobispado de Valencia, cuya sede era desempeñada en aquellos momentos por D. Antonio Folch de Cardona, consagrado tres años antes.

         Desde el 16 de diciembre de 1705 rigió, de hecho, esa diócesis ya que el arzobispo huyó ante la amenaza de las tropas austracistas (curiosamente, cinco años después se decantó por la facción del archiduque y terminó sus días exiliado en Viena).

         Fue entonces cuando D. Francisco Sallent recibió el nombramiento de Obispo Auxiliar, lo que fue acogido en Borja con enorme alegría, siendo organizadas grandes fiestas, incluso con corridas de toros. Sin embargo, poco después llegó la noticia del inesperado fallecimiento del obispo electo, acaecido el 11 de febrero de 1706, antes de que fuera consagrado.

 


Fue un gran benefactor del convento de Santa Clara, en cuyo museo se muestra el libro de sus fundaciones, así como el hermoso tríptico que donó al mismo, regalo del Papa San Pío V. También instituyó la fiesta de Santa Teresa de Jesús, cuya imagen se muestra, asimismo, en la sala IV del citado museo.

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