martes, 21 de mayo de 2024

Recordando un bombardeo de Gallur y a un ilustre magallonero

 

El 21 de mayo de 1673 nació en Magallón D. Juan Bautista Ferrández y Alfaro, primogénito del matrimonio formado por D. Pedro Ferrández de Casaleras, Justicia Mayor de la villa, y de Dª Jerónima Alfaro, natural de Mallén. Los Ferrández eran una distinguida familia de Magallón, donde tenían casa solariega. D. Juan Bautista fue Regidor Perpetuo de la villa y en 1698 obtuvo ejecutoria de infanzonía, confirmando la probanza efectuada por su bisabuelo D. Pedro Ferrández y Ferrández. 

Contrajo matrimonio en Pradilla, el 17 de diciembre de 1696, con Dª Ventura Teresa de Gállego, con la que tuvo cuatro hijos varones. Los dos primeros fueron sacerdotes y el tercero murió sin descendencia, por lo que la sucesión continuó a través del menor, D. Francisco Ferrández y Gallego, del que proceden los Ferrández de Borja, a través de su nieto D. Fermín Ferrández de Navascués que contrajo matrimonio con la joven borjana Dª Ramona Isabel Fernández de Heredia y Castillo, en 1756.  D. Juan Bautista murió en Magallón en 1744. 


El 21 de mayo de 1938 Gallur fue bombardeada por la aviación republicana. No era el primer ataque que sufrió esta localidad, seriamente castigada a lo largo de toda la guerra. El primer bombardeo tuvo lugar el 24 de agosto de 1937 y, aunque el objetivo eran los puentes y la estación del ferrocarril, de las 24 bombas arrojadas, varias de ellas cayeron en el casco urbano. 

El 2 de noviembre de ese mismo año volvieron a sonar las alarmas y nuevamente varios edificios fueron alcanzados por las 16 bombas lanzadas ese día. Pero la mayor tragedia ocurrió el día 23 de noviembre de 1937, cuando el ataque de nueve aviones republicanos se saldó con más de 14 muertos y numerosos heridos, al ser destruidas las escuelas, mientras lo niños daban clase, dos casas de los maestros y otras catorce viviendas.  

En 1938 se registraron dos bombardeos, el ya citado del día 21 de mayo y el de primeros de septiembre en el que quedó completamente destruida una casa y seriamente dañadas otras doce, sin que hayamos podido conocer con precisión el número de bajas. Sin lugar a dudas, Gallur fue una de las localidades más castigadas por la aviación republicana, sufriendo un elevado número de bajas civiles, sobre todo teniendo en cuenta el número de habitantes que allí residían en esos momentos. 

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