martes, 14 de mayo de 2024

Recordando a dos religiosos de Bulbuente y Borja

 

         El 14 de mayo de 1882, el hermano Lucas Pellicer Tejero S. J. donó a la parroquia de Bulbuente la imagen del Sagrado Corazón de Jesús que había tallado personalmente y a la que hoy se le tributa culto en una capilla recientemente construida en dicha iglesia.

 


         El hermano Pellicer había nacido en esa localidad en el nº 9 de la calle de Moros de esa localidad el 18 de marzo de 1852. El mismo día en que cumplía los 26 años ingresó, como hermano coadjutor, en el monasterio de Veruela, donde pocos meses antes se había establecido la Compañía de Jesús. Allí tuvo a su cargo el pequeño rebaño de ovejas del monasterio. En sus ratos libres se propuso hacer una gran imagen del Sagrado Corazón de Jesús, al que tenía una gran devoción. A pesar de que carecía de formación específica y de los materiales necesarios, con la ayuda de un cuchillo que utilizaba como cincel y de algunos pequeños cristales que le servían para lijar, logró dar forma a la imagen en un tronco de olivo. Al pie de la misma aparece grabada la siguiente inscripción: “Lucas Pellicer Tejero S. J. nacido en Bulbuente me hizo sin haber aprendido escultura. Vuestro soy bulbuentinos. 14 de mayo de 1882”. En el centenario de esa fecha es cuando, como homenaje a su memoria, se le dedicó una placa que fue colocada en la fachada de su casa natal.

 


         El 14 de mayo de 1892 nació en Borja la hermana Isidra Gómez Alda. Era hija de D. Eugenio Gómez y Dª Justa Alda e ingresó en la Congregación de Hermanas de la Caridad de Santa Ana el 21 de septiembre de 1913, emitiendo los primeros votos el 21 de septiembre de 1913. En julio de 1919 fue enviada a Venezuela, donde hizo la profesión perpetua el 21 de diciembre de 1920 en Maracaibo. La hermana Isidra estuvo destinada una buena parte de su vida en la isla de Providencia, dedicada al cuidado de los leprosos en el establecimiento que, en la citada isla, había fundado el propio Libertador Simón Bolívar.

 

         En aquella época esos enfermos eran rechazados por la sociedad y aislados lejos de todo contacto. Se mantenían con los recursos que generaba la isla y disponían de monedas propias para evitar el supuesto contagio con la de curso legal. Entregarse a su atención era una decisión heroica que nuestra hermana no dudó en asumir.


         Cuando la leprosería fue cerrada (hoy sólo quedan sus ruinas) la hermana Isidra pasó a cuidar de los enfermos del Hospital Psiquiátrico de Maracaibo, ciudad en la que falleció el 8 de marzo de 1965.


No hay comentarios:

Publicar un comentario