jueves, 29 de marzo de 2012

La ermita del Calvario de Borja



            En la Muela Alta de Borja, al término del Vía Crucis que se inicia en el Santuario de Misericordia, se encuentra una ermita de gran interés arquitectónico, la del Calvario que, a pesar de su importancia, no ha sido incluida todavía en el Censo General del Patrimonio Cultural de Aragón, aunque sí figura entre los elementos protegidos por el Plan General de Ordenación Urbana de Borja.




            Según algunos autores, fue construida en 1565 por iniciativa del obispo Juan González de Munébrega, al que ya hicimos referencia al tratar del primitivo Vía Crucis. Es más probable que el responsable de la obra fuera el canónigo de la colegial de Borja D. Juan de Litago, cuya lauda sepulcral se conservan en su interior.




            La capilla es de planta circular con una cúpula de media naranja, cuya cubierta de piedra adopta forma escalonada, con un entablamento que discurre por todo el perímetro.




            Su portada, en arco de medio punto, está enmarcada por dos pilastras de clara inspiración renacentista, sobre la que se dispone un frontón triangulas con una hornacina que aloja una cruz de piedra.




            En su interior se venera una imagen de Cristo crucificado que fue llevada allí, desde la colegiata de Santa María, en 1568. A sus lados las imágenes de la Virgen y de San Juan.




            Los tres clavos de la imagen central fueron confeccionados con las mismas medidas que tienen los que, supuestamente, son considerados los originales de la Cruz. Uno de ellos se venera  en la iglesia de la Santa Cruz de Jerusalén de Roma, con el que fueron puestos en contacto, adquiriendo la condición de reliquias secundarias, como se hace constar en una cartela colocada en la misma Cruz. Por este motivo, puede extraerse el inferior para que pueda ser venerado por los fieles.




            Los lienzos de las cuatro capillas laterales fueron donados, en 1890, por el pintor D. José Gonzálvez Martínez, que pasaba la temporada estival en el Santuario. Sustituyeron a otros anteriores que se encontraban muy deteriorados. José Gonzálvez había nacido en Elche, en 1837, y se formó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde fue discípulo de Eugenio Lucas. En 1880, se instaló en Zaragoza, como profesor de su Escuela de Artes. En 1892 fue elegido Académico de Número de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis. Falleció en la capital aragonesa en 1897. La mayor parte de su producción corresponde a retratos y escenas costumbristas. Los lienzos de la ermita del Calvario de Borja son de grandes dimensiones y representan, precisamente, las últimas estaciones del Vía Crucis:  el “Despojo de las vestiduras de Cristo”, la “Crucifixión”, el “Descendimiento” y el “Sepulcro”. Tienen interés, ya que el autor gozó de indudable reconocimiento en su época, aunque no han sido incluidos en los estudios realizados sobre el mismo.

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