domingo, 30 de junio de 2013

La fiesta de San Pedro pasó desapercibida en Borja



            Ayer, la Iglesia celebró la solemnidad de San Pedro y San Pablo, una de las importantes dentro del calendario litúrgico que, sin embargo, pasó desapercibida en nuestra ciudad, a pesar de que en el retablo mayor de la colegiata de Santa María figuran las imágenes de los dos apóstoles, realizadas por los escultores bilbilitanos Antonio y Gregorio de Mesa, así como a la tradición de conmemorarla, hasta hace no demasiados años, con fiestas en torno a la llamada “costera de San Pedro”.





            Al margen de la denominación oficial, la calle está dedicada a “Mateo Sánchez”, un personaje de biografía desconocida que algunos han relacionado con el que fuera Justicia de Borja en 1694. Por otra parte, en época medieval, se llamó “Basenda” y era el acceso a la judería, situada en el Cinto, a la que terminó integrándose junto con la calle Trébedes.



            Pues bien, al final del primer tramo, en el edificio situado al comienzo de la calle de San Jaime aún se conserva la hornacina donde se colocaba la imagen de San Pedro, siguiendo una costumbre similar a la que comentamos sobre la fiesta de San Juan. También, en esta ocasión, se encendía una hoguera y los vecinos de la zona la consideraban una celebración propia. Hay que tener en cuenta que era una de las zonas más típicas de la población. Lamentablemente, como podremos comprobar, su deterioro ha sido notable en los últimos años.





            En estas tres fotografías se puede advertir muy bien las modificaciones producidas. La primera de ellas fue tomada por D. Federico Bordejé, a comienzos del siglo XX, y en ella se puede ver, en primer término, la portada de una casa en arco de medio punto y, al fondo a la izquierda, un edificio con reja. La siguiente es una postal de mediados del siglo pasado y, en ella, ya ha desaparecido el arco de ladrillo y la casa citada. En la última, realizada ayer, se observan los cambios operados en todos los edificios, con introducción de elementos muy alejados de la arquitectura tradicional.



            Antes de que ese proceso se consumara ya tuvo gran impacto la sustitución del pavimento original en canto rodado por este otro de cemento, así como la colocación de unas barandillas metálicas de feo diseño y mal resultado.




            Afortunadamente, más tarde se recreó la antigua pavimentación en el tramo superior y en el inicio de la calle de San Jaime. Estamos seguros que en el Plan Integral de Rehabilitación del Casco Antiguo se contemplarán las medidas necesarias para que todas estas zonas recuperen las características que nunca debieron perder.

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