La
relación de autoras borjanas se enriquece ahora con el nombre de María Carmen
Aznar Alcega a la que la editorial Babidi-Bú acaba de publicar Cuando Piluca bailaba, un libro dedicado
a los niños, pero cuyo argumento invita a reflexionar a los mayores.
Porque
el mensaje que transmite es que la mirada de los niños no entiende de razas ni
colores. Piluca juega y baila compartiendo su sonrisa y su alegría sin esos
prejuicios que, según el tipo de educación que reciba, aparecerán después. Por
eso, el cuento intenta inducir a conservar esa “mirada de niño” que “busca
dulzura y encuentro, en lugar de diferencias y conflictos”.
María Carmen Aznar
Alcega nació el 31 de mayo de 1979 y es Diplomada en Enfermería y Terapia
Ocupacional. Comparte su actividad profesional con su afición a la escritura y
a la lectura que, como ella misma confiesa, le transmitió su abuelo, ”que leía
todo lo que caía en sus manos y tenía la voz perfecta para contarme cuentos”. A
los 7 años ya escribía poesías y ha participado en diferentes certámenes,
quedando finalista, en 2014, en el concurso de microrrelatos “The Ganchillo
Natural Revolution” y el pasado año en el concurso de cuentacuentos de las
Jornadas Antirracistas, con la obra que ahora ve publicada.
Las
ilustraciones de la obra son de Raquel Rabasco Borrego, licenciada en Bellas
Artes por la Universidad de Sevilla. A través de su experiencia docente se
introdujo en el mundo de la ilustración, creando un estilo muy personal que ha
dado a conocer a través de diversas exposiciones, tanto en España como en
Italia, donde también ha residido.
Estamos,
por lo tanto, ante un libro de gran interés que forma parte de la colección “El
hada y el duende” de la citada editorial y que Mª Carmen Aznar ha dedicado a
sus hijas Lucía e Inés.
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