El dia de Todos los Santos, los vecinos de Ambel reviven una antigua tradición
que, por su peculiaridad, merece la pena dar a conocer. Partiendo de la iglesia
parroquial, se dirigen al cementerio rezando el Santo Rosario. El recorrido discurre
por las bodegas vinícolas que se encuentran adornadas con calabazas iluminadas
y artísticamente confeccionadas.
El espectáculo es
sumamente vistoso y espectacular ya que los niños se esconden tras las bodegas
y, al paso de la procesión, se ponen a aullar, imitando las “almas” de los
difuntos.
Al
finalizar, los pequeños con sus obras de arte se reunieron en la puerta del
templo, donde se premiaron a las mejor decoradas. Agradecemos a la concejala Dª
Paula Trívez Herranz el envío de estas imágenes que han servido para recordar
una curiosa costumbre de nuestra zona.
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