domingo, 14 de julio de 2024

Iconografía de San Juan Evangelista

 

         Hace unos días dedicamos un artículo a nuestra visita a la iglesia de San Juan de la Rabanera de Soria, un templo románico de singular interés, cuya cabecera está presidida por una imagen de Cristo Crucificado que, como comentamos entonces procede de la antigua iglesia del monasterio de San Polo. Junto a él, una imagen sedente de la Virgen.

 

         Durante un largo período de tiempo, el ábside estaba parcialmente oculto por un retablo que, cuando el templo fue restaurado, se trasladó a uno de los brazos del crucero. También lo preside una imagen de la Virgen, lo que llama la atención estando la iglesia dedicada a San Juan Evangelista.

 


         Pero en el absidiolo izquierdo puede verse ahora una imagen del discípulo amado del Señor, a la que no se suele mencionar en ninguna de las guías consultadas, pero que nos interesa considerar por sus aspectos iconográficos.



         En ella, San Juan está representado con un rostro de aspecto feminoide, acentuado por la larga cabellera que cubre sus hombros. Viste túnica blanca y manto rojo, colores habituales en las representaciones del Apóstol, aludiendo a su virginidad y al martirio al que fue sometido, aunque salió indemne.

Entre las manos sostiene un cáliz o copa, uno de los atributos propios que alude a la copa envenenada que, para asesinarlo, le ofreció el sumo sacerdote del templo de Diana en Éfeso, pero, que, tras bendecirla, no le causó daño. Es muy frecuente que la copa sea representada con serpientes saliendo del interior, cosa que no ocurre en este caso.

 

         En ella, San Juan está representado con un rostro de aspecto feminoide, acentuado por la larga cabellera que cubre sus hombros. Viste túnica blanca y manto rojo, colores habituales en las representaciones del Apóstol, aludiendo a su virginidad y al martirio al que fue sometido, aunque salió indemne.

Entre las manos sostiene un cáliz o copa, uno de los atributos propios que alude a la copa envenenada que, para asesinarlo, le ofreció el sumo sacerdote del templo de Diana en Éfeso, pero, que, tras bendecirla, no le causó daño. Es muy frecuente que la copa sea representada con serpientes saliendo del interior, cosa que no ocurre en este caso.

 


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