jueves, 25 de julio de 2024

Otra publicación de Bordejé que no teníamos

 

         Sucede con frecuencia que la búsqueda de una determinada publicación lleva aparejada el hallazgo de otras del mismo autor. Así nos ha sucedido con la que comentamos ayer de D. Federico Bordejé, del que hemos encontrado un folleto, publicado en 1934 por la Sociedad Española de Amigos del Arte.

 

         Lleva por título Rectificaciones históricas. El primitivo castillo del Real de Manzanares. Se trata de un magistral estudio de esta bella fortaleza, completamente restaurada en la actualidad, que se alza imponente sobre el embalse de Santillana.

         El trabajo de D. Federico, a lo largo de sus 32 páginas, viene a desmontar las teorías hasta entonces vigentes sobre el origen del castillo, documentando la existencia de otro anterior, sobre el que se construyó el que ahora conocemos.

 

         Pero, queremos llamar la atención sobre el Ex Libris que aparece en la primera página que, como se indica al pie, fue realizado en el Santuario de Misericordia de Borja el 16 de julio de 1933. En él se reúnen un abigarrado conjunto de símbolos que formaban parte de la personalidad de D. Federico y en los que merece la pena detenernos.

         Está representada una portada románica con tres arquivoltas y un tímpano con un peculiar crismón, flanqueado por la cruz de Santiago y la propia firma de Bordejé. Bajo él corre la leyenda “Sentire, Servire, Suffere, Vita est”, la divisa que adoptó: Sentir, Servir y Sufrir es mi vida. A ambos lados, en los óculos de la parte superior se hace constar “El Deber” y “La Lealtad”.

         En la pilastra de la izquierda figuran los nombres de la familia de D. Federico: Petra y Mateo, sus padres; Carmen, su esposa; y sus hijos Mensabel y Fernando, en los que quiso recordar a los Reyes Católicos.

         En la de la derecha, aquellos lugares vinculados a su biografía personal: el castillo de la Raya, Chércoles (donde nació). Bordejé y Las Vicarías, en la provincia de Soria; Borja y el Santuario de Misericordia (nos llama la atención que añada el artículo “la”), en la de Zaragoza.

         En el centro se alza un castillo y, bajo él, la ermita del Calvario de Borja, donde dejó las lápidas de ofrenda de sus hijos y la iglesia parroquial de Chércoles, donde fue bautizado. Bajo ellos, el emblema del Carmen y la supuesta tumba de la familia Bordejé.

         Más adelante, un arca con una espada apoyada y la leyenda “Tierras de España”, aludiendo a los saquitos que, con tierra de Borja y de otros lugares, le acompañaron siempre en sus viajes. Al otro lado, la representación de una biblioteca, sobre la que descansa un escudo con las iniciales de los Reyes Católico y la leyenda “Libri amici sunt”. Entre ambas, puede leerse otros de sus lemas: “Fe, Patria, Ser”.

         Completando todo este abigarrado conjunto de símbolos, una carta que posiblemente alude su profesión de correo diplomático o a las que escribió dirigidas a “unos muchachos españoles”; un pergamino en el que está escrito “Vivimos por nuestros muertos”, expresión del respeto a los antepasados; un tintero con un cálamo; y una pila de libros de los temas que le interesaron: Filosofía, Psicología, Historia, Edad Media, Arte general; Arquitectura militar, Prehistoria, Arqueología y coronando el rimero “Los castillos de España”. Al frente de todo, su nombre: Hermenegildo Federico de Bordejé Garcés.


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