El
Centro de Estudios Borjanos no fue ajeno a los actos conmemorativos del II
Centenario de la Virgen de la Peana, celebrado en 1989. Por ello, y como
complemento a otras informaciones publicadas, nos ha parecido oportuno comentar
en qué consistió nuestra participación.
En primer
lugar, fue editado un trabajo de 140 páginas en el que, con el título de Así fue su primer centenario en 1889, el
entonces Secretario del Centro efectuó un detallado estudio de unas
celebraciones en las que coincidieron la inauguración del ferrocarril Cortes
Borja con la exaltación de la Virgen de la Peana, iniciando el camino que
conduciría a su proclamación como Patrona de la ciudad.
La
presentación del libro tuvo lugar en el Salón de Reyes de la Casa Consistorial,
en el transcurso de un multitudinario acto que, curiosamente, estuvo presidido
por el Concejal D. Mariano Irache Cabañero, al que acompañaban el Presidente
del Centro, D. Victorino Gracia Salas y D. Carlos Sánchez del Río Sierra, ya
desaparecidos, así como varios de los Consejeros que ocupaban los estrados
laterales.
El
26 de marzo de ese mismo año fue inaugurada en el Auditorio de Santo Domingo
una importante exposición con el mismo título, para la que editó un catálogo en
cuya portada aparecía reproducida una de las piezas más importantes que se
mostraban, el dibujo de la carroza alegórica al “triunfo de la ciudad”, obra
del pintor D. Baltasar González, único testimonio conservado de la misma, ya
que el dibujo ya no e conserva en Borja.
La
exposición fue inaugurada por el Alcalde de Borja D. Félix Martínez Lahuerta y
estuvo instalada en las capillas laterales de esa antigua iglesia de San Pedro
Mártir. Su interés radicaba en el hecho de que, por primera vez, fueron
reunidos todos los testimonios impresos con motivo del I Centenario, lo que fue
posible merced a una minuciosa labor de investigación que se prolongó durante meses
y la colaboración de muchas personas que no sólo cedieron las obras, sino que
en algunos casos las donaron al Centro, donde se conservan. Ello hizo posible,
años más tarde, la instalación de otra exposición, dedicada a la devoción a la
Virgen, en el Museo de la Colegiata.
Entre
aquellos testimonios se encontraban el cartel del Centenario, el bando del
Alcalde D. Vicente Aguilera Pellicer, convocando a los vecinos a sumarse a las
fiestas, todas las composiciones poéticas editadas, incluyendo las octavillas
que, con cuartetas alusivas, se arrojaron desde el “carro triunfal”, las
crónicas del acontecimiento y hasta propaganda comercial relacionado con
aquella celebración.
Otras
piezas expuestas fueron los faroles, fabricados expresamente para la ocasión,
con los que los vecinos iluminaron sus balcones o los cabezudos que diseñó D.
Baltasar González. Todo ello fue, por lo tanto, un digno preludio para ese II
Centenario, ahora recordado, que no puede ser ocultado.
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