Hemos
recibido el último número de la revista Tvriaso
que edita el Centro de Estudios Turiasonenses que corresponde a los años 2012 y
2013. Con la pulcritud que le caracteriza, incluye una serie de artículos entre
los que predominan los dedicados a temas arqueológicos. Por la relación con
nuestra zona, debemos destacar el dedicado al poblamiento calcolítico en el
entorno del Moncayo que firma Carlos García Benito, José Ángel García Serrano y
Julián Pérez Pérez, a partir de hallazgos procedentes de las prospecciones
realizadas por el Centro en sus últimos años.
Es
especialmente interesante otro artículo, firmado por José Luis Cebolla
Berlanga, José Ignacio Royo Guillén y Francisco Javier Ruiz Ruiz, con las
últimas novedades en torno al yacimiento celtibérico de La Oruña, en Vera de
Moncayo y Trasmoz, en el que junto a la historia del mismo se ofrecen los
resultados de unas recientes excavaciones realizadas a raíz de la puesta en
marcha de una cantera en sus proximidades. Son significativas las referencias a
diversas hipótesis previas formuladas por Isidro Aguilera Aragón que lo incluyó
entre los llamados “poblados metalúrgicos” que surgieron en la I Edad del
Hierro para el aprovechamiento de los materiales extraídos del Moncayo. Sin
embargo, últimamente han aparecido también indicios de una notable actividad
alfarera. Es interesante el hecho de que el asentamiento se extiende por dos
cerros, en uno de los cuales se ubicarían las viviendas del poblado, mientras
que el segundo estaría destinado a acoger el ganado en caso de ataque.
Junto
al estudio sobre las fechas de su desaparición en el artículo se retoma la
posibilidad de que pudiera ser la primitiva ubicación de Turiazu, hipótesis
defendida por varios autores, aunque los últimos hallazgos realizados en el
casco urbano de Tarazona vuelven a cuestionarla y, en cualquier caso, abren el
camino hacia una adecuada respuesta en torno a este tema.
Especial
interés tiene para nosotros el artículo de Javier Andreu Pintado sobre tres coticvlae encontradas en el yacimiento
de Los Bañales (Uncastillo). Son tres fragmentos de estas piezas que utilizaban
las mujeres en el mundo romano para la aplicación de cosméticos.
Se
da la coincidencia de que, en estos momentos, nuestro Centro ha encargado un
estudio sobre otra coticvla
encontrada aquí, así como sobre una espátula que también está relacionada con
finalidades cosméticas en esa época.
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