miércoles, 3 de julio de 2024

Libros recibidos 770

 

         Comentamos hoy dos de los libros que integran el último envío de la Institución Fernando el Católico. Uno de ellos es el que lleva por título La Sala de Labor de las canonesas del Santo Sepulcro de Zaragoza. Su patrimonio material e inmaterial, de la que es autora la Profª. Dª. María Elisa Sánchez Sanz.

         En el prólogo María Soledad Alconchel Pina destaca la brillante trayectoria de la autora y su inmensa labor de investigación en el ámbito de la Antropología y de otras muchas áreas relacionas con el Patrimonio Cultural Inmaterial.

         Señala la importancia de esa obra que ahora se edita, llevada a cabo en la plenitud de la madurez, sobre un monasterio zaragozano, muy especial por diferentes razones.

         Estructurada en catorce capítulos, los dos primeros abordan la vinculación de la mujer con las labores del hogar, mientras que los dos siguientes se centran específicamente en la sala que da título al libro y en el instrumental utilizado para las labores.

         En los siguientes capítulos describe la historia y clasificación de los bordados y la producción de los mismos en el monasterio, contribuyendo de esa forma al sustento de las religiosas, para finalizar con la descripción de los trabajos de lavado y plancha, mucho más duros que los de bordado.

         La reducida comunidad que reside en el monasterio firma el último capítulo, como una reflexión espiritual en la que “tejer” adquiere un sentido de trascendencia, tejiendo hilos de solidaridad en su entorno, con una nueva creatividad.

 

           La Dra. Dª. Asunción Blasco Martínez es la autora de Los judíos de Zaragoza y los baños. El baño público o del Rey y el ritual, baño frío o micvé que, para nosotros ha constituido una aportación sumamente interesante pues apenas conocíamos nada en relación con un monumento zaragozano, situado en el Coso, conocido como “baños judíos” que ha venido teniendo una presencia recurrente en los medios de comunicación, debido a los avatares que han sufrido.

         Ha sido la Dra. Blasco la que nos explica la diferencia entre el baño ritual al que debían someterse los judíos, tanto hombres como mujeres en determinadas circunstancias, y los baños higiénicos que compartían los miembros de distintas confesiones.

         Y los baños del Coso, como demuestra la autora, no eran judíos, sino que, con la denominación de “baños del Rey”, eran establecimientos para su uso higiénico, aunque había horas y días establecidos para cada confesión y sexo.

         Relata las características de estos baños y las mutilaciones sufridas en el transcurso del tiempo, así como las modificaciones introducidas en su ubicación hasta llegar al estado actual.

         Por el contrario, aunque se conoce la existencia de un baño ritual propio de los judíos, no se ha podido establecer, por el momento, su emplazamiento. Ello no es óbice para que la autora aporte un elevado número de documentos, referidos a uno y otro tipo de baños.


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