En los últimos días están siendo ampliamente distribuidos por las casas de Borja unos folletos, editados por la Yamaat Ahmadía del Islam en España, en los que se incide en presentar al Islam como una religión de paz.
De hecho, uno
de los folletos lleva ese título, mientras que un tercero muestra los argumentos
para creer en Dios de forma que la mayor parte de ellos podrían ser asumidos
por los cristianos, salvo en lo que se refiere a Jesucristo, considerado como
un profeta más y con un sorprendente final al que luego haremos mención.
Muchas de las personas que han leído esta propaganda no entienden la relación que pueda tener con todos los musulmanes que residen en nuestra ciudad y que acuden a la mezquita establecida en la calle Moncayo y, por ello, queremos explicar que nada tiene que ver con ellos, sino con lo que podríamos considerar una escisión del Islam, fundada en 1889, en la India, por Mirza Ghulam Ahmad (1835-1908), que se consideraba el Mesías prometido en todas las religiones para alcanzar la hermandad universal y la sumisión a Alá en su pureza original.
Al fundador le sucedieron varios Jalifas, el quinto de los
cuales es el actual Hazrat Mirza Masrur Ahmad. Bajo ellos la Yamaat Ahmadía experimentó
un rápido crecimiento por todo el mundo, aunque este movimiento o comunidad es
repudiado por el resto del Islam y, de hecho, la Liga Mundial Islámica declaró,
en 1974, que los áhmadíes no son musulmanes y así lo aceptan tanto los suníes (corriente
a la que pertenecen la mayor parte de los musulmanes de Borja) como los chíies.
En cualquier
caso, los áhmadíes rechazan con contundencia la violencia y consideran que la
ausencia de paz es el mal acuciante del mundo actual y, para ellos, el islam
auténtico es una religión de paz, que cree en un Dios bueno, benéfico y accesible.
Creen en los ángeles y en los profetas (para ellos Jesucristo fue tan solo uno
de ellos). Aceptan la convivencia pacífica con las religiones monoteístas y
creen en la responsabilidad personal de cada uno en este mundo, así como en el
Más Allá.
El primer
misionero de esta corriente llegó a España en 1946 y fue en 1982 cuando fue
inaugurada su primera mezquita en Pedro Abad (Córdoba), de donde proceden los
folletos. En 2013, inauguraron otra en Pobla de Vallbona (Valencia).
El número de
sus miembros en España no es muy grande. Según algunos no superan el medio
centenar. De ahí la sorpresa de la difusión de su propaganda en Borja, salvo
que aquí se haya establecido alguno de ellos.
Finalmente,
queremos mencionar su creencia en que Jesucristo no murió en la cruz, sino que
buen bajado inconsciente y, tras recuperarse, viajó hasta la India, en busca de
las tribus perdidas de Israel. Allí murió a una edad avanzada, siendo enterrado
en una localidad de Cachemira, en ese modesto lugar que muestra la imagen.
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