Presidiendo
el coro alto del convento de Santa Clara de Borja se encuentra un pequeño
retablo cuya titular es una imagen de la Virgen, a la que ya nos hemos referido
en otra ocasión, por ser probablemente la más antigua de las existentes en
nuestra ciudad.
Allí
se conserva también una pequeña imagen del Niño Jesús, cuya sorprendente
llegada al convento se narra en la crónica del mismo, conservada en su archivo
y que se reproduce en la fotografía superior, junto al Niño cubierto con uno de
los vestidos elaborados por las religiosas.
Fue
en 1638, pocos años después de la fundación del convento, cuando encontrándose
Sor Graciosa de Charri desempeñando el oficio de tornera, llamó un peregrino
preguntando si estarían interesadas las religiosas en adquirir un Niño para el
Nacimiento. Sor Graciosa tomó la caja que había depositado en el torno,
abriéndola en el claustro. En ella, sobre unas pajas, se encontraba esta imagen
e, inmediatamente, volvió al torno para
preguntar al peregrino el precio de la misma, pero el
visitante había desaparecido y no pudo ser hallado, a pesar de que se
enviaron a varias personas para que lo buscaran por las calles de la población.
Sor
Graciosa se quedó con el Niño durante toda su vida y después lo tuvo su sobrina
Sor María Lázaro que fue abadesa del convento, pasando a su muerte a otras
religiosas hasta que, en 1714, la comunidad decidió colocarlo en el retablo del
coro, donde se conserva, ante los numerosos prodigios que se le atribuían.
Allí
se le venera, de forma especial, desde el día de Navidad hasta el de Reyes, y
también es costumbre cantarle una Salve el 25 de cada mes. Todo ello, al margen
del Nacimiento que se instala en el templo conventual con otras imágenes. Una
de ellas, de un Niño sedente que se coloca el 6 de enero para recibir la
adoración de los Magos.
A
través de las fotografías realizadas por Enrique Lacleta pueden apreciarse las
peculiares características de este Niño Jesús, en cuya cabeza aún se conservan
restos de los cabellos naturales que le fueron adheridos.
Dado
el especial significado de la imagen no se expondrá en el museo que está
previsto inaugurar en las próximas semanas, por lo que hemos querido dar
noticia aquí de su existencia, tanto por el interés de la imagen como por las
circunstancias que rodearon su llegada al convento.
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