viernes, 4 de diciembre de 2015

Miembros de la Inquisición en el entorno de Borja


            En torno a la Inquisición se ha tejido buena parte de la leyenda negra, asociando su nombre a una etapa oscura de nuestra historia. No es el momento de detenernos en estas cuestiones, entre otras razones porque en la obra Crímenes ejemplares ya nos ocupamos de algunos casos de personas de nuestra zona que fueron juzgadas en sus tribunales.
            Hoy queremos dejar constancia de aquellas otras que formaron parte de los distintos niveles de esa institución, en las distintas localidades de nuestro entorno. Hay que señalar que asociar su nombre a la Inquisición era considerado un honor ya que entrañaba el reconocimiento de la pureza de sangre y, por otra parte, daba lugar a numerosos privilegios. 



El 30 de julio de 1606 se constituyó en Zaragoza una cofradía que, teniendo como titular a San Pedro Mártir, agrupaba a todas las personas que, de una u otra forma, podían considerarse miembros de la Inquisición, desde los propios inquisidores a los meros alguaciles, pasando por calificadores, consultores, notarios, comisarios o familiares. Si eran casados, también entraban en la cofradía sus mujeres. 
Tenía su sede en el convento de Predicadores, debido a que su Santo titular, además de inquisidor fue dominico. Tan solo hubo un breve período, entre 1668 y 1672, que por causa de algunas divergencias pasó a la iglesia de San Martín, en el “Real Palacio de la Aljafería, donde por otra parte radicaba el tribunal. 



            Entre los beneficios a los que anteriormente se ha hecho referencia, el más significativo, desde el punto de vista espiritual, era la posibilidad de lucrarse de las indulgencias plenarias concedidas por varios pontífices.
            Sin embargo, la posibilidad de lucir la cruz flordelisada, blanca y negra, arriba representada, en sus trajes, así como el poder portar armas, era una señal de prestigio social que atraía a algunas personas y les impulsaba a convertirse en familiares de la Inquisición.



            En 1746, la cofradía de San Pedro Mártir publicó sus constituciones y ordinaciones, junto con la relación detallada de quienes habían formado parte de la misma, en diferentes períodos de tiempo. A través de ese documento, hemos podido conocer a todas aquellas personas de nuestro entorno que pertenecieron a ella. A continuación las reseñamos, de acuerdo con el nivel que tenían y el lugar en el que habían nacido o desempeñaban el cometido asignado.



Calificadores
            Ninguno de los inquisidores que ejercieron como jueces en los tribunales de la Inquisición era natural de nuestra zona. Pero, cada tribunal contaba con los denominados “calificadores” que, con formación teológica, debían dictaminar si los acusados habían cometido algún delito contra la Fe o estaban incursos en otros que eran competencia del Santo Oficio. Los tres calificadores que hemos encontrado, lo fueron en el período comprendido entre 1714 y 1745. Todos ellos religiosos y figuras destacadas en sus respectivas órdenes:

Rvdo. P. fray Manuel Irache (1714-1745). Nacido en Borja, profesó en la Orden de San Francisco. Cursó estudios en el Colegio Mayor de San Pedro y San Pablo de Alcalá de Henares. Fue Lector y, posteriormente, Definidor y Calificador Sinodal del arzobispado de Zaragoza. No teníamos constancia de este personaje.
P. Pedro Lumbreras Sancho (1714-1745). Nacido en Tabuenca el 10 de octubre de 1679, ingresó en la Compañía de Jesús, con 14 años, el 2 de noviembre de 1693. Fue Catedrático de Prima en el colegio de Zaragoza y en el de Huesca. Fue también Examinador Sinodal del arzobispado de Zaragoza y del obispado de Urgel. Autor de varias obras, murió en Zaragoza el 1 de enero de 1745. Figura en nuestro Diccionario Biográfico.
Rvdo. P. fray Sebastián Cuartero Román (1714-1745). Nacido en Tabuenca el 1 de noviembre de 1681, profesó como franciscano, alcanzando el grado de Lector. Guardián de los conventos de Jesús y San Francisco de Zaragoza. Examinador Sinodal del arzobispado, fue Cronista de la provincia de Aragón de su orden. Lo incluimos en el citado Diccionario.

Comisarios
            Los comisarios eran siempre sacerdotes con cierta preparación académica que actuaban como delegados de la Inquisición en determinadas localidades. No eran plazas fijas, aunque en poblaciones de alguna importancia siempre hubo un comisario, como ocurrió en el caso de Borja, donde siempre desempeñó este cometido un canónnigo de la colegiata:
  
            Añón
            Fray Bartolomé del Rincón, de la Orden de San Juan, prior de esa localidad. (1616-1635)
            Borja
            D. Andrés de Litago, canónigo (1616-1635). Fue procesado, tras la denuncia presentada por el señor de Majones, propietario de la Casa de las Conchas, por haber tenido tratos con una de sus criadas para lo que entraba en la citada casa, a escondidas, por la noche, tal como dimos a conocer en la obra Crímenes ejemplares.
            D. Gabriel Asensio, canónigo. (1616-1635).
            Ldo. D. Crisóstomo Mañas, canónigo (1635-1693).
            Dr. D. Juan Ortiz, canónigo (1635-1693).
            D. Martín de Frías, racionero (1635-1693).
            D. Pedro de Aguerri, canónigo (1635-1693).
            Dr. D. Juan Garcés, canónigo (1693-1714). Donó a la colegiata de Santa María seis candelabros de plata (desaparecidos) y una cruz que ahora está expuesta en el Museo de la Colegiata.
            Calcena
            Ldo. Agustín de Mariana (1616-1635).
            Gallur
            Ldo. Juan Gil, vicario de esta localidad (1616-1635).
            Magallón
            Ldo. D. Antonio Jaca, (1714-1745). Era natural de Borja y racionero de la colegial. El mismo día juró como comisario de Magallón y notario de Borja.
            Tabuenca
            Ldo. Juan Martínez (1635-1693). Fue notario y comisario.
            Trasobares
            Ldo. Miguel Juan de Oro, vicario de esta localidad (antes de 1616).
            Dr. D. Francisco Laborda y Oro, vicario de esta localidad (1635-1693).
            Ldo. Jerónimo de Oro, vicario de esta localidad (1635-1693).
            Mosen Juan de Aguirre (1635-1693).

Notarios
            Los notarios de la Inquisición eran también sacerdotes y su función se circunscribía a ese ámbito, por lo que nada tenían que ver con los notarios civiles de cada lugar. Hubo casos, como antes se ha hecho constar que podían compatibilizar el cargo de notario con el de comisario.

            Ainzón
            Ldo. Pedro Briz (1693-1714).
            Borja
            D. Pedro Bauluz, racionero (1635-1693).
            Ldo. José Gómez (1693-1714).
            Calcena
            Mosen Jerónimo Hernando (1616-1635).
            Magallón
            Ldo. Pedro Baquedano (1635-1693).
            Mallén
            Ldo. Pedro Morán (1635-1693).
            Tabuenca
            Ldo. Blas Cuartero, (1693-1714).

Familiares
            Con el nombre de “familiar” se conocía a los laicos o civiles que colaboraban como informantes. Era un puesto apetecido, no tanto por la función a desempeñar sino por el relieve social que les confería. En muchos casos el puesto pasaba de uno a otro miembro de la misma familia. La presión ejercida para ser familiar provocó, en el siglo XVII, una auténtica inflación de estos funcionarios, por lo que tuvieron que dictarse normas para reducir su número. Los motivos citados son los que justifican que una localidad como El Buste, con muy pocos vecinos, en aquellos momentos, tuviera familiares o el caso de Calcena con varios de ellos en muy corto período de tiempo. Hay que señalar que el conseguir ser “familiar” no era, a veces, un método para medrar, como lo demuestra el caso de que algunos de ellos pertenecían a familias muy importantes o tenían títulos universitarios. Era más bien cuestión de prestigio que no siempre es lo mismo.

            Alberite de San Juan
            Francisco Lázaro y su mujer María Lasheras (1635-1693).
            Ambel
            Juan del Castillo (antes de 1616)
            Jacques de Lambea y su mujer Gracia Fernández (1616-1635). Es significativo el nombre, ya que hace sospechar que era de origen francés, lo que podría afectar a la genealogía de una familia especialmente vinculada a esta localidad.
            Miguel Jordán y su mujer Quiteria Tolosano (1616-1635).
            El Buste
            Domingo de la Hera y su mujer María Martínez (1616-1635).
            Juan Gil y su mujer Catalina Martinez (1616-1635).
            Francisco Gil y su mujer María Lasheras (1635-1693).
            Pedro Gil y su mujer Ana Lacias (1635-1693).
            Calcena
            Antonio Hernando y su mujer Estefanía Serrano (1616-1635).
            Jerónimo Serrano y su mujer Isabel Ugarte (1616-1635).
            Luis de Ubao y su mujer Gracia Aranda (1616-1635).
            Miguel Serrano y sus mujeres Catalina Rincón y Úrsula Pérez. (1616-1635). Evidentemente, con la segunda contrajo matrimonio tras el fallecimiento de la primera.
            Miguel Aranda (1635-1693).
            Miguel Muñoz y su mujer Catalina Pajes (1635-1693).
            Fuendejalón
            Sebastián Cuartero y su mujer María Mateo (1635-1693).
            Gallur
            Custodio Bueno y su mujer Graciosa de Guisombart (antes de 1616).
            Juan Navas (1616-1635).
            Miguel de Ortí (1616-1635).
            Magallón
            Dr. D. Diego Esteban y su mujer Isabel Litago (1616-1635).
            Francisco Díaz y su mujer Isabel Calvo (1616-1635).
            Dr. D. Juan Esteban y su mujer Asensia Calvo (1616-1635).
            Pedro Ganaverro (1616-1635). Familia importante de esta localidad. Gregorio Ganaverro fue destacado jurista y poeta.
            Vicencio Ganaverro (1635-1693).
            Juan Flores y su mujer Beatriz Vicente (1635-1693).
            Mallén
            Jerónimo de Aysa y su mujer María Bolea (1616-1635).
            Miguel Bisimbre y su mujer Beatriz Ximénez de Ayerbe (1616-1635).
            Micer Pablo de Villanova y su mujer Dª Francisca de las Cortes (1616-1635). En este caso estamos ante una persona perteneciente a una de las familias más destacadas de la localidad.
            Pozuelo de Aragón
            Domingo Hernández y su mujer Josefa Martínez (1635-1693).
            Tabuenca
            Calixto Mareca Fuertes y su mujer Cristina Cuartero (1714-1745). Calixto era natural de Lupiñén
            Talamantes
            Juan Ibáñez y  su mujer María Millán (antes de 1616).
            Francisco Ibáñez y su mujer Maria Gil (1616-1635).
            Trasobares
            Francisco Aznar y su mujer Bárbara Sánchez (1693-1714).
           
            Hasta aquí la relación de los que hemos encontrado y que hemos ofrecido en una rápida visión. Sobre la personalidad de los mismos sería interesante profundizar más, así como conocer más detalles de sus respectivas biografías.

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