Una
ilustre colaboradora de nuestro Centro, durante muchos años, ha tenido la
amabilidad de remitirnos el catálogo de la exposición que con el título “Caligrafía
española. El arte de escribir”, puede ser visitada en la Biblioteca Nacional
hasta el 10 de enero de 2016.
En
dicho catálogo se hace referencia a la figura de José de Casanova, nacido en
Magallón, hacia 1617, en el seno de una familia de infanzones radicada en esa
localidad, que había probado su nobleza y cuyas armas eran una banda de plata
con tres estrellas.
Notario
Apostólico y destacado profesor de Caligrafía en Madrid, publicó en 1650 su Primera parte del Arte de escrivir todas
formas de letras, dedicado a Felipe IV, con varios poemas laudatorios al
principio, entre ellos uno del propio Lope de Vega. No es la primera vez que
este libro se expone en la Biblioteca Nacional, pues ya figuró en la exposición
sobre “El legado de Manuel Rico y Sinobas (1819-1898) y su colección de
encuadernaciones”, celebrada entre el 6 de noviembre de 2003 y el 7 de enero de
2004.
En
esa ocasión, el catálogo reproduce varias páginas de su obra, impresa por Diego
Díaz de la Carrera. Por su parte, Ana Martínez Pereira señala, en un excelente
estudio introductorio que es “uno de los más bellos y completos manuales del
siglo XVII”.
De
Casanova nos hemos ocupado en otras ocasiones. Lo hicimos en el nº 107-108
(2005) de nuestro Boletín Informativo,
haciendo referencia a la exposición antes citada. Lo incluimos en nuestro Diccionario Biográfico y, el 26 de
octubre de 2012, insertamos en este blog un artículo en el que, con indudable
entusiasmo, nos referíamos a su libro calificándolo como “el primer tratado
español de Caligrafía”. No es cierto pues, como se afirma en el catálogo que
estamos comentando, ese mérito corresponde al Arte subtilíssima, por la qual se enseña a escrivir pefectamente de
Juan de Icíar, impreso por Esteban de Nájera en Zaragoza, en 1553.
Curiosamente, por esa misma época, Jaime Guiral de Valenzuela, natural de Daroca, compuso un Arte de escribir, que no llegó a editar,
pero cuyo manuscrito se conserva en la Biblioteca Nacional (MSS/9923).
La
obra del ilustre magallonero tiene 116 páginas, con 55 láminas realizadas por
él. En la que aparece reproducida arriba hace alusión a su residencia en
Madrid, donde enseña su arte “a la puerta de Guadalajara”. Con Felipe Zabala fue el fundador de la
Hermandad de San Casiano, una organización gremial encargada de examinar a los
maestros, siendo como se señala en el catálogo el germen del que surgieron las
Escuelas Normales de toda España.
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