Hemos
recibido la felicitación navideña que este año ha remitido el M. I.
Ayuntamiento de Borja y que nos parece sumamente acertada, por el simbolismo
que encierra, hasta el punto de constituirse en una auténtica lección de
Teología.
Efectivamente,
abandonando las tradicionales reproducciones de algunas obras de Arte,
relacionadas con el Misterio de la Navidad, se ha optado por una estrella, dado
que la estrella fue la manifestación que guio a los Magos hacia Belén, para que
pudieran adorar al Niño Dios que había nacido.
Los
Reyes simbolizan a toda la humanidad que el Dios hecho hombre vino a redimir.
Por eso, las cinco puntas de la estrella representan a los cinco continentes,
como expresión de la universalidad del acontecimiento que marcó el eje central
de la historia. Esta dimensión ecuménica se ve reforzada por la felicitación en
ocho idiomas que, por otra parte, contribuyen a ampliar los conocimientos
lingüísticos de todos nosotros.
El
color rojo es una clara alusión a la Pasión y Muerte del Señor mediante la cual
se consumó la Redención. Todo ello orlado por una pléyade de estrellas blancas
que representan a quienes ya alcanzaron la dicha eterna a la que todos estamos
llamados como partícipes de la Resurrección de Cristo.
Ese
mismo sentido tiene el rojo del coral que, como amuleto cuelga del pecho del
Niño en la tabla de la Epifanía del Museo de la Colegiata de Borja. Que la
bendición que imparte a los Reyes nos alcance a todos nosotros es nuestro mejor
deseo en este día en el que todas las familias se reunirán para recordar aquel
acontecimiento que cambió el destino de los hombres.
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