Sorpresa en Talamantes

         La digitalización de las diapositivas conservadas en nuestro archivo nos está deparando sorpresas y una de las mayores ha sido encontrar entre las realizadas por el Prof. D. Gonzalo Borrás Gualís, con ocasión de los trabajos de inventario llevado a cabo en la década de los años 80 del pasado siglo, por encargo de nuestro Centro, la de esta imagen que, según se hace constar, fue efectuado en una casa de Talamantes.

         Nos había pasado desapercibida, a pesar de que las imágenes medievales de la Virgen en nuestra comarca son muy escasas. Al margen de las de Trasobares, recordamos las de Agón, Fuendejalón y la del Santuario de Misericordia de Borja, en este caso muy modificada.

         La imagen que reproducimos hoy, no ha sido objeto de un estudio pormenorizado, pues no fue incluida en el realizado por D. Pedro Luis Hernando Sebastián, ni tampoco ha merecido la atención de otros autores, pues su existencia era desconocida.

         Se da la circunstancia de que en el trabajo efectuado por Dª Ana Martín Sevilla con el fin de editar el Inventario del Patrimonio Artístico Religioso de Talamantes, no aparece reseñada, aunque al citar las imágenes conservadas en la ermita de San Miguel habla de la “talla de la Virgen de la Piedad que, a primera vista, parece una tradición gótica del siglo XIV, pero que en realidad es una imitación historicista del siglo XVIII”. Afirma que es “una pequeña figura, que en actitud de bendecir y con el Niño centrado, porta en su manos un libro y una manzana”, por lo que evidentemente no se trata de la que hoy damos a conocer. Por eso, sería conveniente localizar esta imagen que, en el momento de realizarse la fotografía se encontraba en un domicilio particular y, de hecho, se hizo en uno de sus balcones.

   

         Aprovechamos la ocasión para mostrar el retablo de San José de la iglesia parroquial de San Pedro de esa localidad, dado que posteriormente fue desmontado y está a la espera de su reconstrucción, aunque la imagen titular fue restaurada en 1998. La citada Ana Martín efectuó un montaje virtual para su trabajo, a partir de las piezas conservadas, el cual coincide con esta imagen, salvo en el detalle central del frontón, por lo que nos ha parecido interesante darlo a conocer.