Ayer,
el “mayo” volvió a alzarse frente a la iglesia de Maleján, siguiendo una
antigua tradición que sólo se ha mantenido en esta localidad de nuestra
comarca, aunque antiguamente se plantaba en otros lugares como Ainzón, Albeta,
Ambel o Talamantes, si bien es cierto que las fechas no eran las mismas.
Eva
Frago estuvo fotografiando todo el proceso que, en esta ocasión, tuvo lugar por
la mañana, por problemas de seguridad, dado que habitualmente se hacía por la
tarde. Volvimos más tarde, durante un recorrido por diferentes localidades y
tomamos estas imágenes del mayo y de su remate, con la bandera de Aragón y dos saquetes
conteniendo almendras y nueces en su remate. Es una costumbre relativamente
moderna, pues solían colocarse dos roscones y, anteriormente, un conejo que
podía tomar quien se encaramase a lo alto, algo que no era fácil, pues el mayo
se descortezaba y se enjabonaba.
También
se ha modificado la fecha de “plantarlo”, eligiendo la del primero de mayo, por
acuerdo de todos los vecinos, dado que es una tradición muy participativa en la
que, acompañados por los gaiteros, acuden a una chopera para talar el árbol
que, en esta ocasión, les había donado el Sindicato de Riegos de Borja.
Los
mayores cortan el chopo que constituirá la base del mayo, mientras que los más
jóvenes se hacen cargo de uno de menor tamaño que se unirá al anterior para
formar el remate.
Especialmente
espectacular es el traslado de ese gran tronco a hombros de muchos hombres.
Tarea complicada, sobre todo a la hora de introducirlo por las estrechas calles
de la población, lo que requiere habilidad.
Pero,
no es menor el entusiasmo de los niños y niñas a la hora de transportar la
parte superior del mayo, con las hojas de la copa, a las que se aferraban las
más pequeñas, como puede verse en estas bonitas fotografías. La participación
de los niños se inició hace unos veinte años y ha sido un acierto por la
ilusión con la que colaboran. Cuando el mayo se abatía, nos han contado que se
hacían astillas para las escuelas, cuando el único medio de calentarlas eran
las estufas de leña.
Precedidos
por los gaiteros, el mayo y su remate llegan hasta la plaza de la iglesia donde
se ha dispuesto el orificio en el que será plantado, con la ayuda de todos los
presentes, aunque los más pequeños se protegen bajo la entrada a la iglesia
parroquial.
Primeramente
se procede a unir el tronco principal del mayo con el remate, de menor tamaño,
que han traído los niños, en el que se colocan la bandera y los sacos de frutos
secos. Después, con la ayuda de las sogas lanzadas desde la espadaña de la
iglesia, será levantado.
En el
izado participan todos, unos tirando de las maromas y otros ayudando con una
escalera. Cuando entra en su sitio, llega el momento de afianzarlo con cuñas de
madera para impedir que oscile.
Maleján
vivía ayer un ambiente festivo. Estuvimos en la Peña “El Zorongo”, donde
estaban preparando una espectacular paella, mejillones y langostinos para los
miembros de la misma.
Por
otra parte, en ese hermoso lugar que es el “balcón de Maleján”, estaba dispuesta
la hoguera que se encendió por la noche y, junto a ella, el asador en la que se
asaron sardinas como es costumbre.
Queremos
agradecer a Eva Frago su colaboración para realizar, no sin esfuerzo, las
excelentes fotografías que ilustran este reportaje. También a Mariu y Manuel
que, posteriormente, volvieron a Maleján y a Añón, para conocer “in situ” esta
bonita tradición.
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