El 11 de mayo de 1652
visitó Borja el Inquisidor General D.
Antonio de Castro y de la Torre. Llegó desde Zaragoza y el Justicia, los
Jurados y 40 caballeros distinguidos salieron a esperarle al llano de Albeta.
Entró en la ciudad por el arco de la Carrera y por la calle de la Concepción se
dirigió hacia las Cuatro Esquinas y plaza del Olmo, para desde allí llegar a la
del Mercado, donde se alojó, en la casa del racionero D. Cristóbal de Luesia.
La visita de un personaje de tan alto rango era objeto de un despliegue protocolario
muy notable, tanto a la hora de recibirlo como en la ceremonia celebrada en la
colegiata de Santa María, en donde se reunieron todos los familiares (ministros
de la Inquisición) de Borja, con sus barrios de Albeta, Maleján y Rivas, así
como los de todas las localidades de su partido que, en aquellos momentos, eran
Agón, Ainzón, Alagón, Alberite, Alcalá de Ebro, Ambel, Bisimbre, Boquiñeni, Bulbuente,
Bureta, Cabañas, Calcena, Figueruelas, Fréscano, Fuendejalón, Gallur, Luceni,
Magallón, Mallén, Mesones, Novillas, Oseja, Pedrola, Pozuelo, Purujosa,
Tabuenca, Talamantes, Tierga y Trasobares.
El 11 de mayo de 1745
nació en Calcena el P. Fray Tomás de
Santa Constancia Modrego Villarroya. Era hijo de Antonio Modrego y de
Romana Villarroya. Profesó como religioso agustino descalzo en el convento del
Portillo de Zaragoza el 18 de diciembre de 1873. Tras cursar los estudios de
Filosofía y Teología fue destinado a Filipinas, partiendo del puerto de Cádiz
en el navío Dragón, con el que viajó
a Veracruz, de donde pasó a Acapulco, para embarcar en la fragata San Carlos, llegando a Manila en junio
de 1769. Tras el período de adaptación al que eran sometidos todos los llegados
desde la península, fue enviado a Calapan para aprender el idioma tagalo. Superado
el examen preceptivo fue destinado como misionero a Bulacao. En el capítulo
intermedio celebrado en 1774, lo nombraron Vicario Prior de Mariveles, en la
provincia de Bataan. En 1776, viajando desde Orion a las islas, al pasar por la
ranchería de Alangan, fue asaltado por tres moros que lo capturaron y, poco
después, junto con otros le sometieron a crueles tormentos y le dieron muerte
acribillándolo a lanzadas.
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