domingo, 16 de junio de 2024

Recordando a un joven de Tabuenca y a un ilustre borjano

 

         El 16 de junio de 1667 nació en Tabuenca  Miguel Sancho Mareca. Era el menor de los seis hijos de una destacada familia de la localidad. A los dos meses de edad perdió a su padre, como consecuencia de un trágico accidente que conmocionó a la población ya que, encontrándose en el interior de la iglesia parroquial, fue alcanzado por un rayo, muriendo al instante. Su madre contrajo nuevas nupcias, pero falleció cuando el pequeño aún no había cumplido los cinco años.

A edad muy temprana fue enviado a estudiar al Colegio de Aragón de la Universidad de Alcalá de Henares, donde contrajo una enfermedad que le obligó a regresar a Tabuenca y allí murió el 12 de marzo de 1680, a los doce años de edad. A pesar de su corta vida, destacó por su inteligencia y cualidades, por lo que mandaron pintar el retrato que se conserva en la iglesia parroquial, en el que aparece representado con el traje de colegial y la beca al pecho. En la cartela que figura al pie se le adjudica el grado de Licenciado que no llegó a obtener y se afirma que la muerte marchitó “las buenas esperanzas que de él se habían concebido”. 


El 16 de junio de 1921 nació en Borja D. Alfredo de Ojeda y Nogués. Cursó los estudios de Derecho en la Universidad de Zaragoza, en la que se graduó como Licenciado con la calificación de “Sobresaliente” y, más tarde, ejerció como Profesor Adjunto de Derecho Romano. Ingresó en la Escala de Intérpretes del Cuerpo Especial de Información y Turismo y, más tarde, en el Cuerpo Superior de Técnicos de la Administración Civil del Estado.

Estuvo destinado en la Oficina Española de Información al Turismo en Roma, desempeñando la Jefatura de la misma, entre 1950 y 1963. Durante esos años fue Agregado de la Embajada de España en la capital italiana, como Consejero de Información. En 1963 fue nombrado miembro de la delegación española que tomó parte en la Conferencia de Turismo, celebrada en Roma bajo los auspicios de la Naciones Unidas. Cuando regresó a España fue una de las personas que participaron en la puesta en marcha del Ministerio de Información y Turismo, en el que desempeñó puestos de gran relevancia.

Tras la desaparición de dicho ministerio, pasó al de Comercio y Turismo, como Director de Programas de la Secretaría de Estado de Turismo, desempeñando simultáneamente el cargo de Secretario Gestor de la Comisión Internacional de Turismo. Estaba en posesión de la Encomienda de Número de la Orden del Mérito Civil, de la Encomienda al Mérito de la República de Italia, de la Encomienda Ordinaria al Mérito Civil y de la Medalla de Plata al Mérito Turístico. Miembro de la Institución “Fernando el Católico”, estuvo muy vinculado a su ciudad natal, dedicando los últimos años de su vida, junto con su esposa Dª. Gloria Villarroya Palomar, a la rehabilitación de la casa familiar, en la calle de San Francisco. Falleció en Madrid el 10 de marzo de 1991 y sus restos reposan en el cementerio de Borja.


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