lunes, 14 de abril de 2025

En el aniversario del nacimiento de don Federico Bordejé

El 14 de abril de 1893 nació en Chércoles (Soria) D. Federico Bordejé Garcés. Su padre era miembro de la Guardia Civil y pasó destinado a Borja, donde transcurrió toda la infancia de D. Federico, en la que dio muestras se su despierta inteligencia, siendo elegido para recitar las poesías de salutación que entonces se ofrecían a los personajes destacados que visitaban la ciudad, como el Presidente del Gobierno D. Segismundo Moret o el general Polavieja.

 

 

         A los 16 años aprobó brillantemente las oposiciones de ingreso en el Cuerpo de Correos, al que perteneció toda su vida, viajando como responsable de la valija diplomática por toda Europa.

         Especialmente interesando por el Patrimonio Cultural, fueron frecuentes sus colaboraciones en los periódicos borjanos, publicadas con el seudónimo de “Pedro de Atarés”, resaltando la importancia de los monumentos locales. También colaboró con otros medios de difusión como El Noticiero de Zaragoza, La Época de Madrid o las revistas Aragón y Blanco y Negro.

 


         En 1920 mandó construir una casa en el Santuario de Misericordia, donde pasaba la temporada estival, recorriendo distintas localidades, fotografiando los aspectos más destacados o dibujándolos en unos cuidadosos cuadernos de campo que se conservan en nuestro Centro.

 


Allí le sorprendió la Guerra Civil, en el transcurso de la cual fue saqueada su casa de Madrid, perdiendo su biblioteca y todas sus colecciones que, sin embargo, fue reconstruyendo con empeño y tesón, como ocurrió con la primera edición de sus Cartas a unos muchachos españoles, de la que solo se salvaron unos pocos ejemplares (dos de los cuales conservamos en nuestra biblioteca), que reeditó tras la guerra.

 

 En 1951, junto con el marqués de Sales, fundó la Asociación Española de Amigos de los Castillos en la que desarrolló una gran labor, como experto que era en poliorcética. Tenía el carnet nº 1 y fue distinguido con la Medalla de Oro. Ahora, sus libros se conservan en esa asociación, cuya biblioteca lleva su nombre.

 

         Federico Bordejé fue un hombre singular, prototipo del hidalgo español que, desde la distancia, profesó un apasionado amor a Borja, viajando siempre con tierra de nuestra ciudad en un pequeño saquete, aunque no pudo lograr su sueño de reposar, como él quería “a la sombra de su castillo que modeló mi carácter y despertó en mí, unas vocaciones y sentimientos que iluminaron mi vida”. Una vida fiel a su lema de “Sentir, servir y sufrir”.

Falleció en Tolosa el 25 de abril de 1978, pero su recuerdo permanece vivo entre todos los que le conocimos, en quienes supo despertar un cariño especial hacia nuestro patrimonio, reforzado con la lectura de las obras que escribió.


No hay comentarios:

Publicar un comentario