El pasado día 27 Pedro Domínguez Barrios estuvo en el antiguo Sanatorio Antituberculoso de Agramonte y nos ha enviado imágenes del lamentable estado en el que se encuentra el edificio.
Da pena ver la situación
de aquel floreciente establecimiento, en el que tantas personas recibieron el
tratamiento que entonces se dispensaba a los enfermos de tuberculosis, a los
que se recomendaba la estancia en zonas de montaña. Hoy la maleza invade ya el
abandonado edificio, aunque aún se mantiene en pie.
Los grafitos
recubren sus muros y las galerías en las que, antiguamente, los enfermos
reposaban al sol. Por otra parte, ha sido escenario de supuestas experiencias
de psicofonías y hasta de extraños rituales.
Ya, en marzo,
se había acercado hasta su cementerio, donde no sabemos si aún se conservan
enterramientos de personas que fallecieron en el sanatorio, como consecuencia
de lo que entonces era una terrible enfermedad de difícil tratamiento.







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