jueves, 22 de febrero de 2024

La catedral de Notre-Dame renace de sus cenizas

Fue el 15 de abril de 2019 cuando el mundo se vio sobrecogido por las imágenes del pavoroso incendio que arrasó la catedral de Notre-Dame de París, a la que sólo la heroica actuación de los bomberos pudo salvar del colapso total.

 

         La caída, envuelta en llamas, de la aguja creada por Viollet le Duc fue, en gran medida el símbolo de aquella tragedia y, en cierta medida, de la restauración impulsada por el Presidente Macron, que se comprometió a llevarla a cabo en un plazo de cinco años.


         Las enormes dificultades a las que hubo que hacer frente en los primeros momentos parecían que ese plazo iba a ser imposible de cumplir. Sin embargo, durante nuestra reciente visita a la capital francesa nos han informado de que los trabajos avanzan a buen ritmo y que, a finales de este año, casi estarán acabados.

         Pero, a nuestro juicio, un aspecto interesante es el hecho de que, finalmente, se impusiera la sensatez y, frente a quienes pretendían convertir a la catedral en un exponente de modernas tendencias arquitectónicas, con propuestas increíbles, la solución adoptada se ajusta al aspecto inicial y la aguja ha vuelto a su lugar, siendo ya visible mientras se desmontan los andamios.

 


         El cierre de la catedral durante esos años ha supuesto una gran contrariedad para los numerosos turistas que solían visitarla todos los días, sin que afectara gravemente al culto. Como solución paliativa, se instalaron frente a su fachada unas gradas desde las que se puede contemplar parcialmente su fachada principal y, por otra parte, el cerramiento que protege la zona de actuación, ha sido el soporte de varias exposiciones que contaron la historia de la catedral y su incendio.

 


         La que ahora puede verse tiene como lema “Notre-Dame, el renacimiento de un icono” y tiene como protagonistas al fotógrafo belga-americano Tomas van Houtryve y al grafista español Fernando Gómez Baptista.

         Con la colaboración de National Geographic, para quien trabaja el citado fotógrafo, muestra una serie de excepcionales fotografías de gran tamaño, con imágenes inéditas y sorprendentes del interior de la catedral en el transcurso de las obras de restauración y, al mismo tiempo, gráficos y esquemas de la evolución de templo en el transcurso del tiempo y de las soluciones adoptadas en el proceso de rehabilitación. Todo sumamente didáctico e ilustrativo.



 

 

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