jueves, 8 de febrero de 2024

Protectores de aves

 

         Enrique Lacleta, que siente querencia por el lugar, volvió el pasado domingo a la Estanca. Había niebla y sus aguas parecían un espejo en el que se reflejaba la Casa, teñido todo por una hermosa tonalidad gris.




         Allí captó el vuelo de las parejas de aguiluchos laguneros que allí habitan y sus danzas sobre los carrizales aún secos que emergen sobre las aguas. Fotografías muy bonitas, pero, lo más interesante es lo que nos ha relatado.

 

         Porque, allí encontró a dos jóvenes cumpliendo una sorprendente misión que le relató uno de ellos. Como todos saben, en torno a la Estanca, han ido surgiendo unos gigantescos aerogeneradores y, en este blog, ya hemos relatado los problemas que generan con las aves, ocasionando la muerte de muchas de ellas.

 


          Resulta, que al ser la Estanca una zona especialmente sensible, por las aves que allí anidan, la empresa responsable de esos aerogeneradores ha contratado a unas personas cuya misión es la de observar el vuelo de las aves y, cuando se acercan a los molinos, a través de teléfono, piden que se pare el giro de los mismos, cosa que se lleva a cabo inmediatamente.

 

         Eso es lo que le contó, así como que los molinos disponen de un dispositivo sonoro con ese mismo fin y se estudia la implantación de otras medidas. Hasta aquí lo relatado por uno de los protagonistas de un trabajo que les obliga a permanecer atentos durante todo el transcurso del día, a pesar de lo cual se mostraban satisfechos, habiendo aprendido a identificar las aves, de las también realizan fotografías.



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