lunes, 12 de febrero de 2024

Central hidroeléctrica en Borja

 

         Cuando hace unas semanas tuvimos conocimiento del proyecto existente para crear una central hidroeléctrica en Borja, nos pareció una noticia propia del Día de los Inocentes, dado que asociábamos este tipo de centrales a los grandes embalses, muchos de los cuales están asociados a centrales. Pero que una central se instalase en Borja nos pareció inicialmente como algo de Ciencia Ficción.


         Sin embargo, ignorábamos la existencia de las llamadas “centrales reversibles” con una tecnología, en gran medida desarrollada en España, basadas en dos balsas situadas a diferente altura, unidas por dos tuberías, una de las cuales lleva el agua que impulsa las turbinas de la central y la otra la retorna desde la balsa inferior a la superior, para ser reaprovechada, de manera que el consumo del agua queda limitado, tras un primer momento, a la reposición de la que se evapora.

 

         Ayer, Heraldo de Aragón publicó un extenso reportaje sobre la primera de esas centrales que va a construirse en la provincia de Zaragoza, concretamente entre Garrapinillos y La Muela. Ya existen otras en Aragón, pero la de Garrapinillos es la que más se asemeja a la que puede ser construida en Borja.

         Promovida por el ingeniero Manuel Omedas y el fondo público belga Aspiravi, ya cuenta con 30 hectáreas entre los dos municipios citados y, a la espera de la oportuna concesión del agua, se señala que la cantidad no es mayor de la que necesitaría esa superficie de terreno para el riego, en caso de ser cultivada.

 

         En el artículo, que aconsejamos leer, pues viene también en la edición digital del diario, se ofrecen datos sobre las características del proyecto, como que las turbinas se instalarán a una profundidad de 200 metros y los embalses estarán cubiertos y protegidos.

         Al final de artículo se señala que la compañía aragonesa Atalaya promueve hasta cinco proyectos que suman 1.646 megavatios en Estercuel y Palomar de Arroyos (Teruel) y en Tauste, Borja y María de Huerva (Zaragoza).

         Si la instalación en Borja llegara a realizarse, durante el período de construcción se generarían un buen número de puestos de trabajo. En la de Garrapinillos, se habla de 348 empleos directos y otros 233 indirectos, aunque cuando se encuentre en explotación solo son necesarias unas 16 personas.

         A los puestos de trabajo hay que sumar los beneficios para el Ayuntamiento de los impuestos derivados de la inversión realizada que puede ser superior a los 200 millones de euros. 



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