sábado, 10 de febrero de 2024

Pudimos comer el palmo

 

         En nuestra infancia y juventud, Jueves Lardero era una fiesta esperada, porque en ese jueves que precede al Miércoles de Ceniza, el “palmo” cobraba especial protagonismo y, a cada niño, nos daban un trozo de longaniza equivalente a nuestro palmo.


         Entonces no celebrábamos el Carnaval. Con el “palmo” en un trozo de pan y una naranja, íbamos a la ermita de San Jorge o al Huecha a dar buena cuenta de todo ello.

 

         Llegaron después esos bollos con la longaniza o el chorizo en su interior que han terminado popularizándose, aunque ya no se comen en los alrededores, entre otras razones porque este año el tiempo no acompañaba.

 

         Nosotros tuvimos la fortuna de que, una benemérita dama, tuvo la amabilidad de regalarnos un “palmo” personalizado. Los elabora personalmente y son exquisitos, entre otras razones porque el pan está empapado con el “unto” del chorizo o de la longaniza. Como queríamos disfrutar de tan extraordinario manjar, lo comimos tranquilamente en el Centro, sin que faltara la tradicional naranja. Una tradición cumplida y una cena para recordar…



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