miércoles, 27 de noviembre de 2024

Libros recibidos 807

 

         Estos días en los que ha vuelto a ser recordada María Domínguez, traemos a nuestro blog su obra Opiniones de mujeres, de la que tenemos un ejemplar de su primera edición, así como otras posteriores. En ella se hace constar que fue prologada por “Hildegart, abogado” y a ella queremos referirnos.

 

         Se trataba de Hildegart Rodríguez Carballeira (1914-1933), una “creación” de su madre Aurora Rodríguez Carballeira, que quiso hacer de ella el prototipo de una “nueva mujer”, mediante una educación esmerada, merced a la cual leía a los dos años y escribía a los tres. Su padre, escogido para ese fin, fue un capellán castrense que, al principio, se preocupó por la niña, hasta que la madre le prohibió visitarla, ante el temor de que influyera en la educación que había diseñado.

         Licenciada en Derecho, comenzó a cursar los estudios de Medicina y Filosofía y Letras, habiendo publicado 15 obras y un buen número de artículos, mientras que militaba en formaciones progresistas; primero en el PSOE, donde llegó a ser Vicepresidenta de sus juventudes, pero del que se dio de baja desencantada, para afiliarse al republicanismo, abandonando los postulados marxistas para acercarse al anarquismo.

         La vida de Hildegart finalizó bruscamente cuando, en 1933, su madre la asesinó, ante el temor de que la independencia de la joven frustrara su proyecto. Una auténtica tragedia.

 

         De ahí, el interés que tienen dos obras de Hildegart que nos ha facilitado nuestra asesora literaria, ambas publicadas este año por la Editorial Pregunta. La primera de ellas lleva por título Sexo, Amor y Revolución y, en realidad, incluye dos trabajos diferentes: “Sexo y amor” y “La revolución sexual”, en el que autora abordaba problemas candentes entonces y ahora.

 

         La otra es Eugenesia y natalidad, en la que también se reúnen dos trabajos “El problema eugénico” y “La limitación de la prole”, en los que Hildegart defendía ardientemente el control de la natalidad, por motivos demográficos y económicos. Pero, además, era partidaria de los métodos eugenésicos encaminados a mejorar la especie humana.

         A esos métodos, actualmente considerados inaceptables, se sumó también nuestra María Domínguez, de igual forma que lo hicieron determinados movimientos políticos, que son reprobados por ello, aunque suele eludirse la crítica en quienes militaban en formaciones de otro signo.


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