viernes, 8 de noviembre de 2024

Recordando a un benefactor del convento de capuchinos de Borja

 

         El 8 de noviembre de 1638 falleció en Borja D. Juan de Pradilla. No conocemos la fecha de su nacimiento que algunos autores han situado en torno a 1575. En 1600 contrajo matrimonio con Dª Gracia de Rada, estableciendo su domicilio en el Campo del Toro. Era un rico hacendado, con propiedades en Ainzón, Alberite y Borja que se dedicó también a la apicultura.

El matrimonio no tuvo descendencia y, en torno a 1620, decidieron fundar un convento de capuchinos en nuestra ciudad, cuya primera piedra se colocó en el verano de 1623, finalizando las obras en 1625. No pudo verlas concluidas Dª. Gracia de Rada ya que falleció en octubre de 1624, siendo enterrada de forma provisional en la colegiata de Santa María. Como no había tenido hijos, en su testamento dejó como heredero universal a su esposo, legando algunas mandas a sus sobrinos.

         El 20 de junio de 1628 D. Juan contrajo nuevo matrimonio con Dª. Juana María de Olóriz, bendiciendo la unión un sobrino de su primera mujer, D. Agustín de Rada. Tampoco tuvo descendencia con su segunda mujer y, en febrero de 1638, otorgó testamento en el que figuraban numerosas mandas para fines piadosos, entre ellas para el hospital Sancti Spiritus y el Santuario de Misericordia, al que dejó 250 sueldos para hicieran el rejado del presbiterio, más tarde eliminado por obstaculizar la visión.

         Para entonces ya había abonado todos los gastos derivados de la construcción del convento que ascendieron a 19.000 escudos de oro, una cantidad importante que, según la tradición, volvió a encontrar en su escritorio. Aunque lo cuentan autores como el franciscano fray José de la Huerta, autores contemporáneos como el P. Tarsicio de Azcona la consideran una mera conseja sin fundamento.

         Juan de Pradilla fue un hombre muy piadoso que destacó por su amor a la Eucaristía, teniendo por costumbre acompañar al Santísimo siempre que podía cuando los sacerdotes llevaban el Viático a los enfermos. Por ello, creó una fundación dotada con los fondos necesarios para dar mayor solemnidad a cada de esas salidas, disponiendo que hubiera personas que llevaran el palio, cirios encendidos e hicieran sonar la campanilla anunciando su paso.

 

         Tras su muerte, fue enterrado en la iglesia del convento a la que, en 1624, se habían trasladado los de su esposa. Aún se conserva allí, completamente arrumbada y olvidada, la lápida en la que se hace constar: “Aquí están sepultados Juan de Pradilla, ciudadano, y Gracia de Rada, su mujer, patrones y fundadores de esta iglesia y convento. Comenzose año 1623. Acabose 1625. Rueguen a Dios por ellos”.


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