El 28 de febrero de 1817 nació en Tauste de D. Jaime Rudesindo Ortega y Olleta, aunque puede ser considerado gallurano, dado que era hijo de D. Ramón Ortega, perteneciente a una destacada familia de infanzones de esa localidad y de Dª. Francisca Olleta, natural de Tauste a donde fue a dar a luz, bajo la tutela de la abuela.
En Gallur se
conserva la casa solariega de los Ortega, con el escudo de armas de la familia
en la fachada. Restaurada por el Ayuntamiento de la localidad está dedicada a
fines culturales.
Siendo muy joven, ingresó en el
Colegio Militar de Zaragoza, iniciando una brillante carrera militar que tuvo
su reflejo en los campos de batalla, durante la Primera Guerra Carlista, en la
que fue recompensado con tres Cruces de San Fernando y otros tantos ascensos
por méritos de guerra, alcanzando el empleo de Comandante con 22 años.
También se interesó por la
Política, militando en las filas del Partido Progresista, pero sus
discrepancias con Espartero le llevaron al Partido Moderado con el que obtuvo
el acta de Diputado por Zaragoza, en 1844. Ya no abandonó el Congreso hasta su
muerte, pues renovó el acta por Zaragoza y, posteriormente, por la
circunscripción de Ejea. En el archivo de nuestro Centro se conserva la
proclama distribuida en esa localidad y una papeleta de votación con su nombre.
A los 26 años era Coronel y, con
ocasión de intervención en Portugal, en la que participó con el empleo de
Brigadier, al mando de la Caballería, fue ascendido a Mariscal de Campo a los
30 años.
Lamentablemente, el regreso de Espartero frustró su carrera y tuvo que exiliarse en Francia, donde conoció a la borjana Dª Teresa González de Castejón, marquesa de González de Castejón y dama de la emperatriz Eugenia.
Allí se relacionó también con el
pretendiente carlista, conde de Montemolín, por lo que al regresar a España
comenzó a conspirar a favor de los legitimistas que contaban con muchos apoyos
entre la aristocracia aragonesa.
Cuando en 1859 fue nombrado Capitán
General de las Baleares, las miradas de los carlistas se posaron en él,
forzándole a un pronunciamiento. El 1 de abril de 1860, se embarcó con 4.000
soldados y, acompañado por el pretendiente, desembarcó en San Carlos de la
Rápita. La expedición fue un fracaso y, capturado en Calanda, fue condenado a
muerte y fusilado el 18 de abril de 1860 en el castillo de Tortosa.
Estaba en posesión de diversas
condecoraciones nacionales y extranjeras y era miembro de la Real Sociedad
Económica de Amigos del País de Zaragoza y Académico de Honor de la Real
Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis.
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