Con ocasión de la pasada celebración de la fiesta de la Hermandad de Nuestra Señora de la Peana en la iglesia de San Nicolás, Pedro Domínguez Barrios nos ha recordado la importancia del contiguo monasterio, cuya denominación es la de Real Monasterio de Comendadoras Canonesas de la Orden Militar y Pontificia del Santo Sepulcro, fundado en 1304, con una especial vinculación a la Casa Real de Navarra.
Como nos destaca Pedro, el
monasterio puede visitarse y merece la pena. El núcleo central del mismo está
constituido por un claustro, con bóveda de crucería en sus tramos y claves con
las armas del arzobispo Lope Fernández de Luna y del rey Pedro IV de Aragón.
Desde el claustro se accede a la sala capitular, cubierta con una magnífica bóveda de crucería. A partir de uno de sus laterales se accede al lugar donde se encuentra una bella imagen de Cristo yacente.
La capilla, con
un interesante retablo, se cubre con techumbre de madera plana, sostenida por
arcos diafragma de medio punto rebajado.
El antiguo refectorio es, asimismo,
muy hermoso. Se cubre con bóvedas de crucería simple, de tradición gótico-mudéjar,
aunque la imposta corrida sobre las que se asientan es plenamente renacentista.
En este lugar se exponen mesas con
menaje, fotografías de las hermanas y lienzos, como el que mostramos, donde están
representadas las hermanas Tarazona que profesaron en el monasterio.
Pedro aconseja a
todos aquellos que no lo conozcan a visitar este histórico lugar que se apoya
en la muralla romana y donde, el reposado paseo por su claustro, contrasta con
el bullicio al que nos enfrentamos nada más salir a la calle.







No hay comentarios:
Publicar un comentario