Para el próximo sábado 1 de noviembre estaba prevista la actuación en las Jornadas Internacionales de Canto Coral del Coro de Cámara de Lara, bajo la dirección de Nicolás Torrez.
Es un coro que tiene
su sede en Barquisimeto, la capital del Estado de Lara, en la República
Bolivariana de Venezuela, un país que mantiene excelentes relaciones con
algunos políticos y partidos españoles, que suelen mostrarnos una visión
idílica de aquel país sudamericano.
Pero, según un
comunicado distribuido por el Certamen Coral Internacional de Tolosa, del que
se nutren las Jornadas de Borja, el citado coro no ha sido autorizado por el gobierno
bolivariano a viajar a España, por lo que ha sido necesario recurrir a otro
coro para reemplazarlo en nuestras jornadas.
Este sorprendente hecho nos plantea algunas preguntas, cuyas respuestas no están a nuestro alcance, aunque, para algunos, puedan parecer obvias.
En primer
lugar, cabe preguntarse porqué, en un certamen de tanto prestigio se recurrió a
un coro que había sido creado en enero de este mismo año. El que también fuera
contratado un coro ucraniano, fundado hace dos años, aunque con una mayor trayectoria
nacional e internacional, pudiera hacernos pensar que, junto a la calidad
artística de ambos, hubiera otros factores.
Pero, los de
Barquisimeto, cuando dieron su aquiescencia, ¿Se imaginaban que no iban a tener
problemas a la hora de conseguir los permisos para viajar a España?
El coro tiene
su sede en la parroquia de Nuestra Señora de la Consolación de esa ciudad. Es,
por lo tanto, un coro católico. Pero, quizás, lo que algunos de nuestros lectores
ignoran son los problemas surgidos entre el actual gobierno de Venezuela y la
Archidiócesis de Barquisimeto, que ha dieron lugar a que varios de sus
titulares fueran investigados, en virtud de la ley contra el odio, por sus homilías.
Ello provocó que esa sede
permaneciera vacante durante cuatro años. Finalmente, hace poco más de un año,
el Papa Francisco, nombró a monseñor Polito Rodríguez Méndez, nuevo arzobispo
de Barquisimeto. No transcurrió mucho tiempo, antes de que el nuevo prelado
fueran objeto de ataques por parte de destacados políticos venezolanos.
Concretamente, uno de ellos partió del propio Ministro del Interior Diosdado
Cabello, un hombre omnipresente en la política venezolana.
¿Cómo es posible que, en este
contexto, la dirección del coro pensara que no iba a tener problemas? Es cierto
que, en la Semana Santa de este año, había tomado parte en el Festival
Internacional de Música Sacra de Pamplona, como se hace constar en el curriculum
difundido, que reproducimos más arriba. Pudiera parecer que ya habían estado en
España este año, pero nada más alejado de la verdad, dado que esa ciudad de
Pamplona, no es la capital de Navarra, sino un municipio colombiano, situado en
el estado Norte de Santander, y en el citado festival, Venezuela era el país invitado.
No es, por lo tanto, lo mismo el
desplazarse a Colombia que a España. Un especialista en temas venezolanos al
que hemos consultado, nos ha comentado que, en estos momentos, son muchas las
personas que intentan huir del paraíso bolivariano.
¿Fueron los enfrentamientos con la Iglesia
los que motivaron la denegación del permiso para que el coro viajase? o ¿Fue el
temor a que todos o algunos de sus miembros se quedaran en España? No lo
sabemos, pero si la última opción fuera la correcta, al ser la actuación en
Borja la última programada ¿Se imaginan entre nosotros a un cierto número de
venezolanos intentando sumarse a nuestra coral?
Al margen de todas las
especulaciones, lo único cierto es que no es fácil salir de Venezuela, donde
sus ciudadanos ven restringidos algunos de sus derechos fundamentales. Mantengamos,
sin embargo, la ilusión de que eso no es así y que todo se debe a los infundios
vertidos desde determinados sectores, entre ellos la propia Iglesia Católica.
Mañana dedicaremos un artículo de
homenaje a esa ciudad de Barquisimeto, fundada por un español y que es muy
bonita.


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