Nuestro artículo sobre la ermita del Calvario, situada en la cima de la Muela Alt de Borja, ha suscitado la curiosidad de algunos de nuestros lectores que nos preguntan sobre las lápidas existentes en su interior, algunas de las cuales les han sorprendido. Por eso, en este día del Viernes Santo, volvemos allí para ofrecer algunos datos sobre las cinco lápidas existentes en su interior.
La más antigua, que reproducimos arriba, corresponde a la sepultura del canónigo D. Juan de Litago que fue el mecenas de esta obra. En ella puede leerse, según traducción de D. Raúl Rivarés Custardoy, lo siguiente: “Aquí yace sepultado Juan de Litago, canónigo de la Iglesia de Borja, quien, después de muchos trabajos realizados en el templo de Misericordia, tanto para aumentarlo como para adornarlo, mientras preparaba estos altares a Cristo Crucificado, con el deseo de acabar la obra, interceptado por los hados, falleció, en el año del nacimiento de Cristo 1566, el día sexto de las nonas de mayo”.
Nacido en Borja, Juan de Litago fue canónigo obrero o fabriquero de la colegial y, al parecer, fue quien supervisó la obra de construcción del Santuario, sobre la antigua ermita de Santa Eulalia. Probablemente, financió la edificación de la del Calvario, donde fue sepultado aunque es lógico pensar que la lápida fue recolocada posteriormente en el muro. El Santuario y todas las ermitas fueron consagrados el 7 de abril de 1572, por D. Francisco de Salazar, obispo de Salamina, sobre cuya sorprendente biografía e increíble final, remitimos a nuestros lectores al tomo II del Diccionario Biográfico, publicado por el Centro, en 2005, donde se ofrecen más detalles sobre este peculiar personaje.
A la izquierda del retablo central se colocó, en 1983, esta otra lápida que recuerda la restauración y traslado de las imágenes del mismo, efectuadas por iniciativa del que fuera párroco de Santa María de Borja, D. Felipe Villar Pérez.
La conducción del Cristo crucificado, a hombros de devotos, constituyó todo un acontecimiento, ya que, a la misma, asistieron numerosas personas que se dieron cita en el monte.
Las otras tres lápidas fueron colocadas por iniciativa de D. Federico Bordejé Garcés que, como es sabido, pasaba la temporada de verano en el Santuario, donde construyó la casa a la que hace referencia la primera de ellas.
Esta otra recuerda el nacimiento de Carmen Isabel, en 1920, y Federico Fernando de Bordejé Morencos, en 1925. Aunque quienes se expresan son los hijos, la lápida fue redactada y colocada por su padre, D. Federico, que la firma y que siempre tuvo especial devoción a esta imagen.
El conjunto se cierra con esta otra que hace alusión al nacimiento de Miguel Ángel Bordejé Cruz el 19 de septiembre de 1926. Viene a ser una prolongación de las otras y, aunque fue también su tío quien la preparó, aparece firmada por su padre Tomás, hermano de D. Federico.
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