lunes, 9 de abril de 2012

Laurel en las calles de Fréscano



Como cada Domingo de Resurrección, las calles de Fréscano aparecieron engalanadas con enramadas de laurel que, según la tradición, colocaban los “quintos” para recibir a la imagen de Nuestra Señora de la Huerta que, al amanecer de este día es llevada desde su ermita a la iglesia parroquial.


 


 La Virgen que es recubierta de ristras de caramelos por las mujeres de la localidad permanece cubierta por un velo hasta la salida del sol.




Como expresión gozosa de la Resurrección de su Hijo, una vez retirado el paño que cubre su rostro, inicia su marcha hacia la iglesia, acompañada por los pendones de las cuatro cofradías de la localidad en cuyas casas se colocan los ramos de laurel y se levantan arcos del mismo arbusto en la propia ermita y en la plaza.




Durante su recorrido la imagen recibe las reverencias de los pendones de las cofradías y, una vez depositada en el templo parroquial, permanece allí hasta el domingo siguiente en el que retorna, de nuevo, a su ermita uno de los monumentos más importantes de nuestra zona, donde fueron descubiertas y restauradas un extraordinario conjunto de pinturas murales.




Esta tradición tiene su reflejo en la heráldica municipal ya que en ella aparece una cigüeña con una rama de laurel en el pico. En relación con esta circunstancia nos comentó, en su momento, una autoridad local que cuando el organismo encargado del diseño del escudo del municipio, en el primer boceto la cigüeña llevaba una rama de olivo. Ante la sagaz observación de que apenas existen olivos en el término municipal, fue reemplazado por otro de laurel, lo que constituye un claro ejemplo del “rigor” con el que, en los últimos años, han sido elaborados los escudos de nuestros municipios.

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